Ciento cinco

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A la mañana siguiente todos comemos uno de nuestros paquetitos marrones con comida dentro. Desayuno de soldados. Tenemos que comenzar a luchar... perdón, a grabar ¡propos! Dentro de nada estaré gritando como esas chicas en el Distrito cuatro mientras los chicos hacían peleas en los entrenamientos "¡Vamos John, tú puedes! ¡Dale más fuerte! ¡Vas a ganar la pelea!" Por supuesto las chicas que apoyaban al otro estaban gritando también. Si yo me pusiese a hacer esto aquí, ¿qué gritaría? ¿Vamos Finnick dale a la vaina? ¡Ja! 

Nadie está demasiado animado realmente. Creo que somos nosotros los que necesitamos animadoras... y no los rebeldes. O sea, los otros rebeldes. 

Katniss va con su super traje de sinsajo, mientras que los demás vamos con el uniforme de soldado. No la envidio. Como ya le dije a Finnick me gusta parecerme a los demás soldados. Todo el mundo sabe que yo en la vida hubiese querido el puesto de Katniss, me gusta la responsabilidad y puedo manejarla... pero el odio, es otra cosa aparte. Demasiada gente queriendo matar a Katniss como para querer ser ella. 

- Nunca he visto esto tan desolado- murmura Cressida mientras caminamos por los escombros encima de las calles. 

- Estad atentos- nos pide Boggs. 

El ruido a nuestro alrededor no es demasiado bueno. Se oye algo de la lucha que se está llevando a cabo en otra parte. Tengo un mapa guardado entre los pliegues de mi uniforme, me he pasado toda la noche estudiando, aun incluso, cuando sé que no cuenta con los puntitos de las vainas que conocemos. Finnick se ha pasado toda la noche pidiéndome que apagase la linterna "de una vez" y que me acostase. Por supuesto no le he hecho ningún caso. 

Observo los edificios medio destruidos. Nunca he estado en el interior de ninguno de ellos, pero supongo que son apartamentos o algo así. Casas pequeñas, modernas y abiertas. 

El holo comienza a pitar y Boggs levanta una mano. Suspiro deteniéndome junto a Finnick con el rifle en la mano. 

- Una vaina- anuncia Boggs señalando una especie de escultura delante suya. Tengo ganas de gritar: ¿¡En serios genio!?- A cubierto- ordena. 

Sigo a todos los demás y me paro junto a Finnick mientras todos vemos a Katniss colocarse en su posición para lanzar una flecha de la manera más artística, bella y animada posible, para la propo. Cressida guía a todos. Katniss toma una posición de rodillas sobre una escaleras y... nada. Cressida vuelve a interrumpir el lanzamiento de la flecha. Demasiada preparación, debería parecer algo natural. Un poco de sutilidad, chicos. Y... dispara. ¡Pum! Unas llamaradas de fuego que hubiesen dejado frito a cualquiera, tal vez hasta las cenizas. La nube de humo negro es peor... hasta que un coche salta por lo aires, eso asusta a todos. 

- Despejado- anuncia Boggs. 

Después de eso nos refugiamos en una especie de restaurante o bar o algo. Todos escogemos un sitio y me voy junto a Finnick donde comenzamos a hablar animadamente sobre la vez que maté a ese tiburón, mientras bebemos agua para refrescarnos. Todos nos detenemos cuando escuchamos el sonido de un coche acercandose. ¿Pero qué...? Finnick me lanza una mirada de confusión. 

- ¿Son agentes de la paz?- pregunta alguien detrás de mi. 

- 451 a base, un camion se acerca desde el sur, cambio- comienza a decir Jackson a través de su radio-. Todos tranquilos- nos dice Jackson-. Es amigo. 

¿Qué se supone que significa "amigo"? Realmente yo tengo un concepto diferente de amistad. Salgo junto con Finnick y el sol me da en la cara. Todos tenemos la misma cara de confusión. Un todoterreno color verde apagado llega hasta nuestro lugar, aunque mantiene algo de distancia. Observo con interés. ¿Qué nos traen? Tal vez... ¿comida? ¿agua? ¿más armas? ¿una orden de volver a la base y no salir más? 

73º Juegos del Hambre (Todos los libros) TERMINADAWhere stories live. Discover now