Setenta y tres

2.2K 195 6
                                    

Parece que a Gale y a mi nos han servido más cantidad de comida en el almuerzo. No mucha más, pero si algo. Un plato con verduras, otro con algo de carne, una pieza de fruta y un vaso con agua. Nos sentamos en la misma mesa de siempre y encontramos allí a su familia y a Prim. La madre de Katniss sigue en el hospital porque ahora es una médico. Ha visto a su hermana. Sigue recuperándose de todas las cosas que ha pasado en la arena. Todavía le administran morflina. 

Gale explica lo que hemos hecho hoy con Boggs. Omite los detalles de yo dejando a una chica inconsciente, se lo agradezco sin decírselo. Me como mi almuerzo en silencio y nadie me hace ninguna pregunta. Creo que realmente no están interesados en mi compañía. Los habitantes del Distrito doce o... ex habitantes, se mantienen juntos y no se mezclan demasiado con los demás. Creo que es comprensible teniendo en cuenta que solo llevan dos días aquí. 

- ¿Te pasaba algo durante el almuerzo?- pregunta Gale mientras caminamos por la red de pasillo de hormigón de vuelta al lugar de entrenamiento. Levanto la vista del suelo y lo miro durante unos segundos. 

Las luces fluorescentes son un penoso sustitutivo de la luz del sol. No tienen punto de comparación con la realidad. 

- No me pasaba nada- respondo tras varios segundos. 

- ¿Es por lo de esa chica?- pregunta. ¿En serio? ¿Va a seguir preguntando?- ¿Por las cosas que te dijo? 

- No. No me importa lo que dijese. Ella no me conoce- declaro secamente antes de entrar para encontrarnos con Boggs. 

Nos asignan a un grupo de soldados. Al parecer tienen unos veinte años. Un año mayores que Gale. Tres años mayores que yo. 

Han montado una especie de circuito y tenemos que hacerlo lo más rápido posible. Boggs ha dejado de ser nuestro entrenador, pero aun así no nos quita los ojos de encima. Hasta que parece que la presidenta Coin requiere su presencia. Nuestra entrenadora cronometra el tiempo que tardamos en hacer el circuito. Después teniendo en cuenta el tiempo de todos... marca una meta a batir de aquí a una semana. Según ella si alguien no la consigue puede degradarlo de nivel. ¡Genial! 

No toda la tarde consiste en hacer circuitos o ejercicio. Ultima hora de la tarde la entrenadora nos ha entregado a Gale y a mi un libro viejo de tácticas militares. Debemos leerlo de aquí a tres días. Tendremos un examen, también. 

- Y yo que pensaba que lo de estudiar se había acabado para mi- digo mientras sopeso el libro de vuelta a nuestro compartimentos antes de la "reflexión familiar". 

- Opino lo mismo- dice Gale mientras entramos en el compartimento. Dejo el libro encima de la cama. 

- Lo comenzaré a leer después de la cena. Tal vez lo acabe rápido- comento antes de que volvamos a salir. Voy con él hasta el comedor pero la representante de ayer me vuelve a guiar hasta el hospital para ver a Finnick. 

Cuando entro en la habitación encuentro que está despierto. Hace nudos con su pequeño trozo de cuerda. Lo hace, lo deshace, lo hace, lo deshace... así una y otra vez. 

- ¿Cómo estás?- le pregunto. Él levanta la mirada. Se encoge de hombros y vuelve a concentrarse en el nudo.- ¿Sabías sobre el plan?- le pregunto dejándome caer en la silla. 

- Sí. Sabía que tenía que proteger a Katniss- responde de forma distante. 

- No me dijiste nada- acuso. Él levanta la mirada. 

- Te estaba protegiendo. A ti y a Annie. Mi plan personal era que las dos estarías en el Distrito cuatro sanas y salvas. 

- Te equivocaste de plan si pensaste que me dejarían volver a casa como si no hubiese pasado nada. Como si nadie hubiese hecho saltar la arena por los aire...- digo irritada.- Pero tienes razón en una cosa.- Levanta los ojos y me mira expectante y curioso.- Si yo me hubiese quedado allí. Annie seguiría en el Distrito cuatro, porque me tendrían a mi como cebo, no como a ella y me torturarían a mi porque era la mentora de uno de los que había llevado a cabo el plan. 

Parece que se da cuenta de que es verdad, porque al momento me mira con cara de pena. Si me hubiese dejado allí, les habría bastado con tenerme a mi como cebo para Finnick. Annie solo es una pobre chica traumatizada que no sabe nada y que es más dulce que la miel. 

- No creo que le estén haciendo daño, Finnick- digo apoyando mi mano en la suya.- Ellos saben que ella no conocía el plan. Puede que la mantengan allí, pero... no creo que le estén haciendo nada malo.  A Peeta y a Johanna por otro lado...- Finnick me corta levantando la mano. 

- Por favor, no hables de ellos- me pide con tono lastimoso. 

- Vale- susurro mientras me levanto y me subo a su cama para abrazarlo.- Te prometo que en cuanto pueda haré algo para salvarla. Y tú sabes que yo siempre cumplo mis promesas. 

No sé como lo hace, pero Finnick sigue oliendo a arena de playa y a sal. Incluso en este lugar rodeado de antisépticos y paredes de azulejos blancos. 

73º Juegos del Hambre (Todos los libros) TERMINADAWhere stories live. Discover now