Ochenta y dos

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Gale se despierta a buena hora por la mañana. Ya ni siquiera nos molestamos en cambiarnos de ropa a escondidas. Yo nunca he tenido vergüenza de mi cuerpo y la desnudez es algo a lo que estoy acostumbrada. En el cuatro se usa ropa, obviamente, pero no demasiada. Ahora simplemente nos cambiamos de espaldas, aunque estoy tentada a darme la vuelta. 

Katniss se sienta en otra mesa durante el desayuno. Miro a Gale con la pregunta obvia en mis ojos, pero el no responde y mira hacia otro lado. Creo que la charla de ayer por la noche no fue muy bien. Desayunamos en silencio, y como ayer, no le pregunto qué le pasa. No es de mi incumbencia meterme en problemas de amigos... o lo que sea. 

- Entrenamiento militar- dice Gale mirando su brazo. Los dos nos encaminamos hasta el ascensor y cuando Katniss y él se cruzan... no dicen nada. Ni siquiera un "hola". ¿Qué les ha pasado? 

- ¿Estás bien?- pregunto al final cuando estamos solos por uno de los pasillos. Todo el mundo está ya en sus trabajos y la verdad es que no nos estamos dando demasiada prisa en llegar al entrenamiento. 

- Sí, claro- dice dirigiéndome una pequeña sonrisa. Miente. Está claro.- Oye, sobre lo que dijiste ayer en la cena....¿era verdad? Lo de la historia del anillo... tu cumpleaños y eso. 

- Sí. Mi madre me lo dio antes de que me llevaran al Capitolio. Ella no dejaba de repetirme la misma frase. Que no vean que los odias. Hazles creer que esto es un honor para ti. Ellos odiaban los Juegos y se enfadaban bastante con la gente de nuestro Distrito a la que le gustaban. Cosas de familia- digo antes de soltar una risa un poco amarga. 

Gale me pasa un brazo por encima de los hombros. Al principio es un poco raro, como cuando los amigos se dan una palmada en la espalda mientras se abrazan... pero después me quedo ahí resguardada un rato mientras llegamos a las puertas. 

- ¡Soldados Hawthorne! ¡Soldado Seasse! ¡Llegan tarde! ¡Tendrán flexiones extra!- grita nuestra querida entrenadora mientras hacemos aparición en la sala de entrenamiento. 

- Bienvenidos al ejercito rebelde- le susurro a Gale esbozando una sonrisa. Él me la devuelve y seguidamente nos ponemos manos a la obra. 

La lección de hoy. Después de correr y hacer nuestra flexiones extra... Es aprender a desactivar bombas. Bonita lección. A cada uno nos asignan una especie de bomba, que básicamente consiste en una caja negra con claves de colores por fuera. Un profesor nos explica cosas sobre las bombas y nos enseña a desactivarlas. Cuando termina la clase es la hora del almuerzo. 

Katniss se sienta con nosotros en el almuerzo. Lo que es un cambio. Aunque no hay conversación. Después los tres tenemos que ir a Defensa Especial. Cuando estamos en el ascensor Gale comienza a hablar. 

- Sigues enfadada- es lo primero que sale de la boca de Gale dirigido a Katniss. Yo me mantengo delante de ellos dos, pegada a la puerta. 

- Y tú sigues sin sentirlo- le reprocha Katniss. ¡Genial! No entiendo nada de nada. Al menos si supiese de que hablan... podría ayudarles. 

- Sigo manteniendo lo que dije. ¿Quieres que te mienta?- pregunta Gale. Al parecer él tampoco está dispuesto a darme pistas. 

- No, quiero que te lo vuelvas a pensar y llegues a la conclusión correcta- responde Katniss. Gale se ríe y yo pongo los ojos en blanco. 

Encontramos a Beetee en uno de los campos de pruebas de Defensa Especial. Concretamente en la parte de Armamento Especial. Un lío de nombres para llegar a lo mismo. Un sitio donde fabrican nuevas armas... ¡listo! 

- Beetee, Plutarch nos ha dicho que tenías algo para mi- dice Katniss. ¿Ah sí? No sabía que veníamos aquí con indicaciones previas. 

- Cierto, así es, tu nuevo arco- responde Beetee. 

73º Juegos del Hambre (Todos los libros) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora