Sententa y uno

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Me incorporo rapidamente de la cama. Jadeando y notando como el sudor cae por mi frente. Me aferro a las sábanas y aunque noto los dedos entumecidos. Yo nunca grito. Nunca lo hago. Tan solo me despierto asustada y muy aturdida. A veces desorientada y sin saber donde estoy. 

Regulo mi respiración mientras compruebo la cama de Gale. Sigue durmiendo, boca arriba, pero durmiendo. Miro hacia la puerta del compartimento mientras levanto una mano y me la paso por la frente. Suspiro. Estaba soñando con el video. Mi familia siendo disparada. Muertos. Asesinados. 

Vuelvo a tumbarme y cierro los ojos fuertemente para tratar de eliminar la pesadilla. Pero en su lugar otras llegan... 

El ruido me despierta de nuevo. Alguien está caminando de un lado para otro moviendo cosas. Abro los ojos y recorro la habitación. Encuentro a Gale que no para de abrir y cerrar los cajones o de arrastrar la silla. 

- ¿Qué estás haciendo?- le pregunto un poco enfadada. 

- No sabía como despertarte- explica dejando de pasearse de un lado para el otro. 

- ¿Qué tal con... "Oye, Kora, despierta"?- le sugiero-. Es mucho más fácil que ponerse a hacer mudanza... ¿Cuándo te has vestido?- le pregunto ahora dándome cuenta de que ya está listo. 

- Mientras seguias dormida- responde-. Tienes que darte prisa. El desayuno es a las siete, según mi horario. Me daré la vuelta y te prometo no mirar. 

Salgo de la cama y observo a Gale de espaldas en dirección a la puerta. 

- ¿Por qué no esperas fuera?- le pregunto mientras me quito el enorme camisón. 

- Creo que ya nos ha quedado claro que es algo raro... la gente nos mira mientras esperamos. 

Asiento aunque él no me ve. Me peino con el peine del neceser antes de tatuarme mi horario de hoy. Después salimos del compartimento en dirección al comedor y decidimos tomar las escaleras porque el ascensor está muy concurrido. 

Esperamos la cola para recoger nuestras bandejas llenas de una taza de leche, un cuenco con cereales calientes y fruta. Y después sigo a Gale para sentarme con su familia y la de Katniss. Soy una intrusa, aunque en realidad hay más gente desconocida en la mesa. 

- Me han asignado a la lavanderia- nos cuenta Hazelle. Al parecer mucha gente ha recibido un trabajo acorde a sus conocimientos o trabajos anteriores-. Tus hermanos tienen que ir al colegio... por lo que he oído es hasta los catorce. 

Y resulta que Rory tiene trece... 

- A nosotras nos han asignado el hospital- explica Prim-. ¿Y vosotros? ¿Tenéis algo?  

Gale y yo nos levantamos la manga del mono gris a la vez y consultamos nuestros horarios. Sala de mando. Es donde estuve el primer día... 

- No sé exactamente lo que significa- les digo después de que Gale diga el lugar-. He estado allí y no estoy segura de qué podemos ser de utilidad en ese lugar. Es como un sitio de reuniones... 

De cualquier forma después del desayuno caminamos hasta el lugar. Yo guío el camino y minutos después del desayuno estamos en la puerta. Llamamos, la abrimos y entramos. 

- Sentaos por favor- pide la presidenta Coin. ¿Es que esta mujer no desayuna?-. Hemos decidido que vais a entrenar con los demás soldados. Pero antes de nada Boggs va a acompañaros para evaluaros, así determinaremos a qué nivel estáis y podremos entrenaros a partir de ahí. 

¿Soldados? Si mi madre estuviese aquí no le gustaría la idea. Los soldados luchan, no se defienden. 

- Venid conmigo. Soldado Hawthorne, soldado Seasse- nos pide Boggs mientras abre la puerta para que salgamos de la sala de mando. Una forma educada de echarnos. 

Boggs nos guía por los pasillos y tomamos el ascensor para subir. Estamos apenas una planta por debajo del hangar. Es un espacio amplio y hay varias grupos de soldados con sus entrenadores. 

- Lo primero que quiero que hagáis es que corráis en círculos por todo el espacio- nos pide Boggs. 

- ¿Durante cuanto tiempo?- pregunta Gale. 

- Hasta que yo lo diga- dice Boggs con voz autoritaria. Me recuerda a la voz de Philip.- Os estaré evaluando. 

¡Ja! Como sea igual que los Vigilantes de los Juegos evaluándonos en los entrenamientos... estará comiéndose un cerdo gigante y recostado sobre una butaca en apenas unos minutos. 

Pero no lo hace. Durante todo el tiempo que Gale y yo corremos en círculos él no despega la vista de nosotros. Cuando paramos de correr quito la goma de pelo de mi muñeca y me recogo el pelo en una cola alta. 

- Está bien, soldados. Ahora voy a traer a otros soldados. Vamos a probar vuestras técnicas de pelea.

Nos guía hasta un gran cuadrado de colchonetas grises y finas. Nos hace esperar mientras se va. Vale y yo esperamos sobre las colchonetas hasta que vuelve seguido por un grupo de chicos y chicas de diferentes edades. 

- Vais a comenzar peleando contra los chicos del primer nivel. Es decir, los de catorce años y si ganáis pasáis a un oponente del siguiente nivel... así hasta que perdías. Iréis intercalando. Primero uno después otro. 

- ¿Quién empieza?- pregunta.

- ¡Yo!- salto levantando la mano en el aire. 

- ¿Quién quiere pelear contra ella?- pregunta Boggs a los chicos y chicas de catorce años. Uno chico de cabello color cobre y muy corto levanta la mano y camina hasta las colchonetas. Gale se coloca junto a Boggs y espera como una estatua.- Tres segundos en el suelo y estás fuera- nos advierte a cada uno. 

Fijo mi mirada en el chico. Él viene a por mi primero. Está cegado por que se cree mejor que yo. Es eso lo que lo lleva a atacar primero. 

Lanza el puño derecho hacia delante. Lo esquivo rápidamente. Después trata de lanzar el puño izquierdo desde abajo, pero tomo su brazo giro sobre mi cuerpo y él da un chillido cuando su brazo se retuerce detrás de su espalda. Le doy una patada en la parte trasera de la rodilla y cae. Empujo mi peso hacia abajo sobre él y le agarro la nuca para mantenerlo en el suelo. 

- ¡Tres, dos, uno!- exclama Boggs.- ¡Fuera! 

El chico se aleja de la colchoneta mientras se frota el brazo izquierdo y hace una mueca de dolor. Primer nivel superado. Es el turno de Gale. 

73º Juegos del Hambre (Todos los libros) TERMINADAWhere stories live. Discover now