Cuarenta y tres

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Mismo diseñador que el anterior vestido. Como podéis ver sigo un poco la misma tendencia cuando escojo los trajes y eso es porque creo que al igual que Cinna escogió un estilo y propósito para la ropa de Katniss así lo hace Crénada con Kora. Aunque los vestidos que yo escojo me parecen más bonitos que los que eligió Suzanne Collins, pero bueno. Ella ha ganado mucho dinero y yo no... 

De nuevo solo fijaos en el vestido y los zapatos, no en la chica. 

Llego a la cama de mi habitación cuando el sol asoma por el horizonte en un nuevo día. Un día que no lograrán ver veintitrés chicos y chicas. Dejo el traje apoyado sobre un sillón y me tiro en la cama en ropa interior. La verdad es que me encuentro agotada después de estar todo el día esbozando una sonrisa que no hacía más que tirar de los músculos de mi cara. Sonreír duele si lo haces constantemente durante muchas horas... 

Me quedo dormida enseguida además estoy un poco mareada, creo que los hombres de la fiesta han tratado de emborracharme, al menos hasta que me he sentado junto a Annie y ella me ha protegido inconscientemente con su mera presencia. 

Gala me despierta con sonrisas y gritos de alegria. Como siempre me despierta mucho antes de la hora necesaria por lo que paso dos horas desayunando cereales bañados en miel antes de que tenga que prepararme. 

El equipo de preparación hace los trucos de siempre. Nada fuera de lo normal, un toque aquí... otro allí y Kora Seasse es la chica más hermosa de Panem. Entonces me doy cuenta de algo... me aparto del equipo de preparación y acerco la cara al espejo hasta tocarla con la nariz. No me han puesto pestañas postizas y sin embargo... son más largas que antes. 

- ¿Por qué tengo las pestañas tan largas?- les pregunto casi enfurecida. Las mujeres se enojen de miedo... ¡Por Dios! ¡Me tienen miedo! Han visto que puedo matar gente... me temen. 

- Te han modificado con cirugia- susurra una. 

Mis ojos se abren de par en par. Han usado sus pociones para hacer crecer mis pestañas. Levanto la pierna y hago un montón de movimientos hasta poder mirar la planta de mi pie izquierdo. No está. La cicatriz de cuando me corté con la concha de pequeña no está. Me han dejado la piel perfecta... pero al estilo espeluznante. 

- Está bien- digo dando un suspiro rápidamente y las mujeres vuelven al trabajo como si nada hubiera pasado. 

Crénada entra cuando todo está listo y solo falta un poco de tela para cubrir la carne necesaria...digo necesaria porque parece que se ha fijado un estilo para mí en el que la piel al descubierto es el ingrediente clave. 

Vuelvo a vestir de blanco. Todo el vestido general está cubierto de rosas  blancas pequeñas hechas de tela a excepción de una tela que va por encima del traje y que tiene forma de rosa blanca invertida y que cae por detrás en forma de cola. El vestido sigue siendo corto, pero como últimamente la parte de detrás de mis piernas está cubierta. 

- Parezco una rosa- comento con Crénada.

- Esa es la idea- dice ella mientras sigue ajustando el traje entorno a mi cuerpo y revisa que todo esté perfecto. 

Esta vez me han recogido el pelo en un pulcro moño bajo. Dejándome toda la cara despejada. 

- ¿Por qué me han recogido el pelo tan tirante?- pregunto mientras muevo el cuello. El pelo está tan tirante que me duelen las sienes. 

- Es para que destaque el traje y tu precioso pelo no destaque. Hay momentos para todo... algunas veces tienes que destacar el pelo y otras el traje o las joyas. Lo importante es saber cuando destacar cada cosa...- comienza a divagar sobre el tema. 

73º Juegos del Hambre (Todos los libros) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora