Cuarenta y ocho

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En Pinterest(podeis encontrar el enlace en la sinopsis de este libro) tengo subidas fotos tituladas"El armario de Kora" donde podes ver el tipo de ropa que Kora viste durante su tiempo en el Distrito 4.

Llego a la entrada de mi casa en la Aldea de los Vencedores cuando ya el sol ya se ha escondido y la luna brilla sobre mi cabeza. Estoy abriendo la puerta cuando alguien me sorprende por detrás haciéndome dar un gran salto en el aire. 

Veo a Finnick agarrando la barandilla de la escalera de entrada a mi casa y me doy cuenta de que casi lo tiro por las escaleras de piedra. 

- ¿Puedes avisar la próxima vez que te vayas a acercar a mi?- pregunto irónicamente. 

- Sí, tranquila. He aprendido la lección la próxima vez te gritaré desde la puerta de mi casa. 

- Muy gracioso- digo señalándolo y realmente apuntando el hecho de que no tiene gracia. O sí. 

Los dos nos quedamos ahí parados mirándonos el uno al otro. 

- Bueno, ¿querias algo... o solo venías a asustarme?- le pregunto impaciente. 

- Sí, aunque me guste acelerar tu corazón no quiero matarte- dice esbozando esa sonrisa tan particular suya.

- A ti te gusta acelerar el corazón de todo el mundo- señalo. 

- También es verdad- admite inocentemente.- En realidad quería invitarte a comer mañana a mi casa. Vamos a comer Annie, Mags y yo... ¿Te unirás a nosotros?- pregunta de forma escalofriante

- Lo haces ver como que es una cosa muy secreta... Como si tuvieses algo entre manos...- respondo alejando la cara y entrecerrando los ojos para mirarlo. 

- Esa mueca no te favorece nada...- dice señalándome la cara con descaro. Me río en respuesta.- En realidad solo quiero tener un bonito almuerzo con tres preciosas mujeres... 

- ¿Has invitado a Ron Stafford?- pregunto desviando la vista hacia las casas de los demás tributos. 

- No en realidad él está muy ocupado con su propia familia... nosotros somos los que estamos libres- responde con un guiño. 

Tiene razón. Muscida Selkirk y Librae Ogilvy son vencedores ya fallecidos. Vivos somos cinco. 

- Está bien. ¿En tu casa a la hora del almuerzo?- le pregunto. El asiente esbozando de nuevo su sonrisa seductora y se gira para bajar los escalones.- Adiós, Finnick. 

- Adiós, Kora. 

Antes de cenar un poco de pan con queso me tomo la pastilla para dormir y cuando llego a la cama caigo rendida al sueño. 

La casa es grande, la casa es solitaria, la casa está vacia, la casa... Y Kora está sola. Repite una voz de mujer en mi cabeza. Y qué razón tiene con todo eso. 

Me despierto tarde por la mañana y me bebo una taza de té con una tostada con mermelada. Después de eso me baño y me preparo para ir a casa de Finnick. Escojo un vestido nuevo, cortesía del Capitolio quien ha llenado mi armario de ropa nueva y más bonita que me hace destacar sobre el resto de la población, es color crema, suelto y muy suave. 

Salgo de casa cuando estoy lista y camino a penas unas casa antes de llegar hasta la casa de Finnick. Golpeo la puerta con mis nudillos y un radiante Finnick la abre de golpe para dejarme pasar. 

- ¡Bienvenida a mi casa!- exclama mientras entro al interior. Observo que su casa es muy parecida a la mía, misma distribución pero diferente decoración. 

Entonces me cruzo con la mirada de Annie y Mags quienes están sentadas en la mesa de comedor de Finnick y me miran sonrientes. Les devuelvo la sonrisa. Las dos se levantan y me abrazan. ¡Oh...! En realidad las muestras de cariño en el Distrito cuatro son normales, mi madre dice que es por el calor que altera nuestra sangre. En realidad no creo que sea por la sangre, sino por nuestra forma de ser. 

- Encantada de conocerla señora Cohen- digo mientras Mags me abraza suavemente con sus débiles brazos. La mujer tiene casi ochenta años y aquí está tan sonriente y dulce como siempre. 

Cuando me alejo de ella sacude una mano delante de su cara y balbucea. 

- Prefiere que la llames Mags- dice Finnick desde detrás de mí. 

- ¡Oh! Vale, Mags- digo esbozando otra sonrisa hacia la mujer. Si tuviese una abuela me gustaría que fuese como ella. 

Annie me envuelve en un cálido abrazo y después se va hacia Finnick. El almuerzo transcurre de forma tranquila y nadie habla nada sobre los Juegos lo cual me alegra inmensamente. 

- Tienes un hermano pequeño, ¿verdad?- pregunta Finnick. 

No he podido dejar de fijarme durante la comida en lo atento que es con Annie y la forma con la que se miran el uno al otro, como si fuesen su ancla... a esta realidad con la que todos tenemos que vivir. 

- Sí. Se llama Peter y tiene cuatro años-respondo. 

- Nació hace poco...- menciona Finnick. 

- Mis padres han tenido problemas para tener hijos- explico bajando la mirada. Eso tampoco es un secreto en nuestra zona del Distrito. 

La gente dice que me tuvieron a mi con mucha facilidad y que después se llevaron años intentando tener otro bebé. 

- ¿Tienes novio?- pregunta Finnick de pronto. Levanto la mirada y veo como Mags le lanza una mirada de advertencia. 

- No- respondo secamente. 

- Es mejor que sigas pareciendo disponible- me aconseja. 

- ¿Vas a comenzar a jugar el papel de hermano mayor?- le pregunto levantándome de la mesa.- Me caes bien Finnick, pero no necesito un hermano en mi vida... 

Con eso salgo de su casa y cierro la puerta lentamente al salir. Nada de dar portazos, no soy una niña pequeña. Los Juegos me han quitado eso. 

¿Parecer disponibles? He visto que eso es lo que él hace. Parece el amante de todo el puñetero Panem mientras que después cuando vuelve a casa tiene a la pobre Annie esperando que es a quien él quiere de verdad. 

Para aquellos que dudéis de la veracidad de los nombres de los otros vencedores del cuatro por favor ir a internet y buscad en imágenes "District four victors". Siempre me informo antes de nada. 

73º Juegos del Hambre (Todos los libros) TERMINADAWhere stories live. Discover now