Cincuenta y cuatro

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El armario del tren se burla de mi. He aconsejado a los tributos que se cambien de ropa porque no querrán dar una mala impresión a su llegada. Los dos han seguido mi consejo lo cual me ha sorprendido. Después me he dado cuenta de que tal vez también debería de cambiarme. 

He mirado el armario y he retrocedido hasta caer sentada en la cama. Quien haya escogido la ropa se ha lucido... ¡Perfecto! ¡Simplemente perfecto! 

He escogido un pequeño top y una falda para dar esa imagen de "la amante de Panem" que Finnick me ha aconsejado. Según él cuanto más le siga el juego a Snow más tranquila estará mi familia. Los zapatos son de piel de serpiente y eso es la cosa más extraña y fea que me he puesto hasta ahora. Pero son bajas, lo cual es un alivio para mis pies. 

- ¡Kora!- exclama Gala en un tono alegre mientras golpea mi puerta. Abro la puerta de la habitación y la dejo pasar.- Los encargados del tren han dicho que necesitabas que viniese. ¿Pasa algo?- pregunta con su entusiasmado acento del Capitolio. 

- Eh... dado que no tengo equipo de preparación porque soy mentora necesito algunas nociones para seguir haciendo su trabajo. Al menos necesito ayuda con todo este maletín de potingues.- Digo mientras señalo una pequeña maleta llena de botes con maquillaje y esas cosas. 

La mujer me ayuda de buena gana. Me dice qué es cada cosa, dónde va y en qué orden. Creo que lo pillo a la primera y ella abandona mi compartimento. Unos segundos después ella vuelve a aparecer con una libretita en la mano y me la entrega. 

- Es para que tomes nota de todo lo que creas conveniente. Patrocinadores, citas, números de teléfono.. Horarios y esas cosas- tomo la pequeña libreta negra de sus manos y después me entrega un bolígrafo lleno de pequeñas piedrecitas brillantes- Yo tengo uno igual- dice antes de volverse a ir para no volver. 

El tren llega unas horas después al Capitolio. Los dos están embelesados mirando por la ventana mientras todavía tienen los platos de comida entre las manos. La belleza siempre es hipnótica, hasta que conoces el interior. 

La primera parada es para que los preparen. Los dos son escoltados hasta el lugar y a mi me escoltan hasta una sala donde se supone que vamos a reunirnos los mentores para tomar unas "copas" mientras esperamos a que los preparen para el desfile. 

No estoy yo especialmente sociable hoy, pero bueno... si va a ser así durante el resto de mi vida o hasta que gane otro tributo de mi Distrito... 

Entro através de las grandes puertas dobles que me indican los escoltas. Es como volver al Centro de Entrenamiento. Todo esto es muy parecido a las comidas entre entrenamientos. Algunos grupitos y otra gente solitaria. Aquí es diferente nada más entrar puedes distinguir a aquellos que van a ahogarse en alcohol hasta no saber distinguir ni quienes son. 

Los Distritos 1 y 2 son los únicos que tienen dos mentores. Prueba de que son los claros favoritos del Capitolio. Seguramente tener un compañero hace esto más fácil, pero no cuento con esa suerte. Reconozco a algunos y otros no me suenan de nada. 

Un avox permanece detrás de una barra de bar con luces de colores y una estantería repleta de botellas. Me acerco a la barra y me apoyo en ella para pedir una bebida. 

- ¿Puedes ponerme algo que no tenga alcohol, por favor?- le pregunto. El avox frunce el ceño un segundo y después asiente antes de girarse y tomar un vaso. Creo que usar el "por favor" ha sido un error. 

- ¡Kora Seasse!- exclama un hombre junto a mí. Giro la cabeza y veo al hombre sentado en uno de los taburetes de la barra. Lo reconozco. Lo he visto justo hoy en la recopilación de Cosechas que han emitido en la televisión. 

- Eres Haymitch Abernathy, ¿verdad?- le pregunto mientras tomo el vaso que el avox acaba de dejar frente a mi. Parece agua pero cuando lo pruebo descubro que el liquido es algo espumoso, cosquillea contra mi lengua y tiene un sabor a limón. 

- Ese debo de ser yo- responde. Bueno, esto es un gran cambio. Hace solo unas horas lo he visto caer del escenario del Distrito doce. Un comienzo muy malo. 

- He visto las Cosechas... Al parecer tienes una voluntaria- le digo mientras tomo asiento a su lado. He visto a la chica salir de entre la multitud y gritar que se presentaba voluntaria para ocupar el puesto de su hermana pequeña. Eso ha sido memorable. 

- Es tan increíble como parece... pero no te voy a decir mucho. No quiero destapar los secretos- dice con un aire de misterio. Puede que vaya de farol y que la chica solo se haya sacrificado por su hermana o que sea tan jodidamente buena como para ganar. 

- Tranquilo, no voy a presionarte- digo ayudándome de mi inocencia. Si la chica es especial lo acabaré averiguando. ¡Katniss! ¡Se llama Katniss! Ahora recuerdo su nombre. Bueno... tiene mi misma edad y la misma que la de mi tributo femenina, puede que las cosas lleguen a estar igualadas. 

Todos vamos a ver el Desfile de Carros desde esta sala y después podremos ir a ver a los tributos de nuestro Distrito a los establos. No me gusta estar tan lejos de ellos, en mi interior siento como si tuviese la responsabilidad de protegerlos todo el rato. 

Los han vestido con trajes azules claros con unas coronas en la cabeza que no se parecen nada a la que yo llevé el año anterior y con broches de estrellas de mar que agarran la tela alrededor de sus cuerpos. Marina saluda a la multitud mientras desfilan por las calles del Capitolio. Parece que son burbujas... es como si representasen el mar, pero de una forma poco concreta. Bueno... 

- ¿Quién os ha vestido?- les pregunto mientras llego junto a su carro y los ayudo a bajar. 

- El mio se llama Cofeo- responde Breck tímidamente. 

- El mio es Sisífo, creo que ha dicho- responde la chica. 

- ¿Qué?- pregunto asombrada.- ¿No tienes a Crénada?- pregunto rápidamente. 

Ella niega con la cabeza. 

- Ni siquiera me suena ese nombre. Nadie del equipo de preparación se llama así. 

¿Qué habrá pasado con ella? Esto es muy raro. El año pasado tuvo un éxito rotundo conmigo. Tal vez haya decidido que los Juegos tienen muchas limitaciones. A lo mejor ha abierto una tienda o algo... 

Miro a mi alrededor y veo a Haymitch hablando con sus tributos. Su entrada ha sido impresionante en comparación con la de cualquier otro en el lugar. Estaban en llamas. Sus estilistas son unos genios. 

- Bueno, no pasa nada- digo mientras coloco un brazo por encima del hombro de Breck- Vamos a cambiarnos. 

Y así lo hacemos. Después saco la agenda y comienzo a escribir tonterías sin sentido. En realidad estoy haciendo una lista de tributos para poder así apuntar datos sobre estos al lado de sus nombres y poder comentarlos durante la cena. Esta vez ocupo la habitación del mentor en nuestra planta, aunque es igual que la del año pasado. Bueno, a excepción de una pequeña mesa llena de bebidas alcohólicas. 

73º Juegos del Hambre (Todos los libros) TERMINADAWhere stories live. Discover now