Escucho el timbre de la puerta y me pongo alerta. Pongo oreja a la puerta de mi habitación para poder escuchar y comprobar. Logre escuchar a mi hermano Scott bajar corriendo para abrir la puerta y luego de unos segundos, escuche su risa y mi corazón dio un brinco.
Una parte mía se moría por abrir la puerta y correr a abrazarlo. Mi orgullo en cambio me hizo volver a mi habitación a quedarse en mi cama. Volví a tomar el libro y me tiré en la cama boca arriba viendo a el libro en mi mano sobre mi rostro. No pude volver a concentrarme a la lectura, mis nervios no me dejaban. Escuche un ruido abajo, apenas lograba entender lo que decían.
—¿Por qué tienes que subir?
—Quiero saludarla bro, no tardo.
Escuche a mi hermano quejarse y rodee los ojos.
Paso, menos de siete segundos y la puerta de mi habitación se abre. Me tomo un segundo antes de bajar el libro y acomodarme poniendo mi peso en los codos y poder verlo.
—Hola guapo — lo saludo.
—Mi preciosa — se abalanzo sobre mi para darme un casto beso en mi boca y luego uno en la mejilla.
Le devolví la sonrisa.
—No sabia que ibas a venir — dije y sonreí cerca de su boca.
—Scott y yo debemos averiguar algo, pero quería ver a mi preciosa primero.
Pase mis manos a la parte de atrás de su cuello acariciándole el cabello, acerque mis labios a los suyos y el con gusto me dejo besarlo correspondiendo.
—¿Tienes que ir? — pregunte mordiendo su labio inferior.
—Si preciosa, pero prometo volveré y seré todo tuyo
—Eso dijiste la vez pasada — dije haciendo un puchero y al ver la cara que hace del inocente mordí mi labio logrando que levantara las cejas de sorpresa, se lo mucho que eso lo prende.
—¿Quieres jugar con fuego?
—Yo soy fuego mi amor — mi mano en su hombro viajo rápidamente a su entre pierna masajeando lo que quería sombre los pantalones. Enseguida su mano detiene mis intenciones.
—Te vas a quemar
—Pues quémame
Solo basto que dijera eso y se que encendí la bestia en el por que de forma brusca unió nuestros labios chupando y lamiendo de forma posesiva. Este es el Stiles que necesitaba.
Una de sus manos apretó uno de mis pechos, fue manoseando sobre mi cuerpo cuando estuvo en mi muslo y lo apretó suspire. El se sentó en la cama y me hizo ponerme sentada sobre el dándome la espalda, aprovechando la ventaja que llevo una falda de tubo negra sus manos encontraron fácil acceso a mis pantis comenzando a jugar en mi intimidad.
—¿Cómo haces para ponerme así? — susurro en mi oído con algo de humor. Pero se que esta tan caliente como yo, y su erección rozándome en la espalda. No me dio mucho tiempo para contestar cuando su mano hizo aun lado mi ropa interior y sus dedos hicieron contacto piel con piel en mis partes más sensibles.
—Estas muy húmeda preciosa — sentí como iba metiendo uno de sus dedos, pero enseguida lo saco y me queje.
—Tu me pones así — le dije, mi pecho al igual que el subía y bajaba más rápidamente, sabía que nos estábamos conteniendo.
El volvió a jugar, pero concentrándome en mi parte mas sensible, mi clítoris. Di un vistazo a la puerta de mi habitación recordando que no somos los únicos en la casa.
—Stiles — por poco y no puedo articular bien mi voz —La puerta no tiene seguro.
El parecía mas concentrado en lo que hacia con sus dedos sobre mí, eso más su respiración en mi oído me construía aun mas ese nudo en mi vientre.
—¿Quieres que pare y vaya a cerrar con seguro? — dijo mientras introducía uno de sus dedos en mí.
Y al sentir como este abría paso entre mis pliegues cerré los ojos y me negué.
—No, no pares — comenzó a acelerar de a poco a poco sus movimientos — por favor — rogué.
Eso le gusto porque gruño, y ese sonido sobre mi oído mando sensaciones electrificantes desde mi oído por todo mi cuerpo hasta llegar al lugar donde el estaba dando cariño.
Tiene una cara de ángel, pero esos malditos dedos son un pecado. Bajaba y aceleraba sus movimientos obligándome a doblegar mi espalda tratando de buscar mas de su tacto.
—Mete otro — pedí y no hizo falta que lo repitiera cuando metió otro dedo y volví con sus movimientos. Gemí sin poder aguantar más, el orgasmo se construía mas y mas que ya sentía que estaba a punto de explotar.
—Me voy a venir —con eso logre que el acelerara aun mas y chille. Sin poder ni querer aguantar más, mis pliegues se contrajeron y gracias a que el se dio cuenta de eso tapo mi boca con su otra mano y gemí ante mi liberación hacia el mismo cielo, y fue gracias a este ángel.
Una vez logre recuperarme un poco, aun con las piernas algo temblorosas el saco sus dedos de mí. Acomodo mi ropa interior y me dejo un beso en la mejilla, podía hasta sentir su sonrisa.
—Te corres como los ángeles preciosa.
Ahí está pecadoras JIJIJI, espero lo disfrutaran, déjenme saber si fue así. ¿Les gusta más el lado caliente de nuestro sarcástico Stiles?
Si este imaginas llega a los 100 votos el siguiente será el de Brett, prometido. Un abrazo y un beso a todos. Cuídense.
XOXO FADUA
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