Aire fresco, el olor a pino y tierra mojada. Inspiro hondo al fin logrando controlar el temblor de mis manos. Este es mi lugar seguro, rodeada de arboles y silencio. No siento que las personas enserio valoren la belleza de un bosque, si por mi fuera pasaría todas las tardes en este lugar.
Abro mi libro peinando mi cabello detrás de mi oreja.
Apenas logro concentrarme en las palabras cuando mis sentidos se alertan y escucho el crujido de hojas y ramas. El olor llega a mi nariz y de inmediato lo reconozco. No me hace falta voltearme para verlo, decidí seguir mi orgullo y hacer como si el no estuviera casi al lado mío.
—Princesa — lo siento arrodillarse demasiado cerca.
Cierro el libro en mis de golpe y me levanto.
—No te vayas —pide, pero hago oídos sordos.
—¡Te necesito!
Me detengo en seco, en parte por la sorpresa y en otra parte por la rabia que creció en mi al escucharlo decir esas palabras. Rápidamente di media vuelta para verlo a la cara. Avanzo unos pasos poniéndole frente a Theo.
—¡Eres un maldito idiota, no tienes el puto derecho de venir a decirme eso después de que hace dos días me dijeras todo lo contrario a gritos!
—Cometí un error.
—Ese es uno de mucho. Estoy harta — veo su expresión decaída pero aun así las llamas de mi furia no se apagan —Hice todo para hacerte feliz, te seguí sin importa que pensara que lo que hacías estaba mal, arriesgué mi vida muchas veces por ti y tú lo único que sabes hacer es arrodillarte y pedirme perdón y ya. Esas malditas palabras ya no te sirven conmigo.
En sus ojos caen lagrimas
—Cambiare por ti — escucho su voz débil y temblorosa pero no es suficiente para doblegarme.
—No creo que puedas.
—No me hagas esto — intenta tomar mi mano, pero suavemente la retiro.
—¿No haga que?... ¿Volver a confiar mi corazón a ti? No entiendo por qué estás aquí.
—Siempre vienen al bosque cuando estas triste.
—Me refiero porque sigues intentando tenerme cuando no puedes.
—Por que te amo.
Vuelvo a enfurecer aún más y sin querer evitarlo gruño y con fuerzo lo empujo provocando que este cayera a chocar contra un tronco. Corrió de nuevo hasta mi arrojándose sobre mí, en sus ojos aun normales pude ver que los míos ahora estaban brillantes y azules. Estoy saliendo de control.
Aun ahí tirada en el suelo seguí viendo a sus ojos, los míos volvieron a la normalidad viendo los suyos. Odio que me encante tanto la mirada perversa que tiene.
—Escúchame princesa — miré hacia un lado intentado zafar su agarre de mi —Yo no pude ni quiero seguir sin ti, entiende que tu me complementas. Se que no soy la mejor persona del mundo, pero tus sacas lo mejor de mi aun que no sea mucho.
Su nariz rozo mi mejilla acariciándola y bajo hasta mi cuello e inhalo sacándome un escalofrío ante ese acto.
—Yo necesito tu presencia, como tu tacto, es inevitable no tocarte. Tu piel me pide rogando que la toque — Cierro los ojos repitiéndome mentalmente que no caiga en sus bonitas palabras —A partir de hoy dejare ese plan, nos iremos a donde quieras lejos de este pueblo, pero ven conmigo. Prefiero cualquier opción que sea contigo.
Esta vez me permito verlo de nuevo a la cara.
—Tendría que ver eso — esta vez vi esperanza en sus ojos — ¿Te crees capaz de hacer eso idiota?
Sonríe y acerca su boca a la mía rozando los labios.
—Cualquier cosa por ti princesa.
Aquí tiene el capitulo personitas chulas.
Corto, pero espero lo disfrutaran. Coméntenme su opinión de este por favor.
Díganme ¿Han conocido a alguien tan toxico como Theo? Gracias por leer los quiero mucho, hasta la próxima. Cuídense.
XOXO Fadua
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