Las gotas caen sobre mi chaqueta mandando cosquillas por toda mi espalda mientras el me apega más a su cuerpo más sediento del beso. El calor que manda por mi boca atraviesa mi cuerpo entero mandando sensaciones deliciosas, el ambiente frio, las gotas, la noche deja de importar por que entre él se forma un pequeño mundo solo nuestro.
Solo nuestras bocas, solo nuestro cuerpo, solo uno para el otro.
Y por la falta de aire cortamos el aire y nos vemos a los ojos. Sus ojos brillando de amarillo fosforescente mientras me mira con la respiración agitada.
—Te amo, pero odio que puedas descontrolarme tan fácil nena.
Soy tomada en sus brazos y a una velocidad impresionante en un parpadeo estamos dentro de la casa.
—¿No quieres ir más lento? — pregunto.
—Yo no se lo que es ir lento nena
Me rio mientras nos lanzamos en la cama el encima mío besándome el cuello empieza a quitarme la ropa empapada poco a poco.
—Eres tan hermosa — me susurra.
El quita sus pantalones y no tardo en enrollar mis piernas alrededor de su cintura necesitando sentirlo lo mas pronto posible.
—¿Mi nenita está ansiosa?
—Solo follame ya Liam
—No, no — Sus dedos rozan mi clítoris —No solo voy a follarte princesa, hare que te retuerzas de placer.
Mete un dedo en mi y al sacarlo esta mojado y brillante por mi excitación. Lo veo tomar su miembro y jalarse dándose placer a si mismo, verlo masturbarse mientras me mira a los ojos es un nivel nuevo de fantasía sexual.
—Dime que lo quieres, dime que quieres te haga mía
Ya lo soy
Pensé para mí misma, pero a él le gusta que lo diga.
—Hazme tuya
Solo eso basto para que metiera la puntita y comenzó a deslizarse en mi poco a poco dejando que me acostumbre a su tamaño. Una vez la tuvo toda dentro comenzó a bombear en mí. Dentro, fuera, dentro fuera. Siento mis piernas convertirse en gelatina por el inmenso placer que recorre mi cuerpo.
—Eso princesa gime para mí.
Lo hago, y aun que quisiera no puedo detener los sonidos que salen de mi boca. En lo único que me puedo concentrar en la expresión de la cara de Liam mirándome, con la boca entre abierta su cuerpo moviéndose en mí y toda las sensaciones que me invaden.
—Eres una chica mala y pervertida — su mueca muestra un poco de diversión.
—¿Por qué mala? — pregunto apenas recuperando mi voz por mis gemidos y las constantes penetraciones que el sigue dándome.
—Por que ... — la metió hasta el fondo robándome la respiración —No obedeces cuando trato de protegerte
—Ya te dije... que es solo lluvia... Diablos si — eso lo hace sonreír aun con lujuria en sus ojos.
—Aun así, eres una desobediente — siento que bombea en mi punto g y le pido que no pare.
El no hace caso omiso y logramos ambos conciliar el orgasmo. Lentamente sale de mi y se acuesta a un lado mío. Ambos respiramos agitadamente mientras miramos al cielo.
¡Achú!
Estornudo y recibí una mirada represora de mi novio.
—Te dije.
—Cállate.
—Mas te vale no me contagie.
—Eres un hombre lobo idiota.
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