Despierto y ahora estoy en el hospital, tengo a Melisa enfrente mío viéndome con preocupación conversando con un doctor. El malestar solo ha empeorado apenas me siento capaz de mantenerme consciente.
Veo a Melisa conversar con Alison revisando la suturas que me hizo que supongo no se han curado.
Quiero ver a Scott, solo quiero ver a Scott.
Ignoro a las mujeres preocupadas en mi herida, ignoro el dolor, ignoro el tubo y la inyección conectada a mis venas. Busco y al ver a Stiles con Lydia abrazándolo del brazo viéndome con una expresión perdida.
—Stiles, llámalo por favor
—Llegara mañana, conducirán toda la noche — intenta tranquilizarme.
—Llámalo, necesito que lo llames por favor te lo pido
El cansancio solo va creciendo y el dolor en el pecho no para.
El con los ojos llorosos acepta y saca el teléfono celular dándomelo permitiendo que esta vez solo yo lo pueda escuchar. Solo basta un par de pitidos para que él contesta y pueda escuchar su voz.
—Dime Stiles ¿Ella está bien?
Sonrió.
—Hola
—Amor, que gusto escucharte. Deberías estar descansado.
—Yo- ... necesitaba hablar contigo
—Y hablaremos lo prometo, pero hasta que te vea, no lo hare por una llamada te tengo que ver así que aguanta cariño.
Mis ojos se llenan de lágrimas y ahora crece un nudo en mi garganta. Limpio la lagrima que se resbala.
—Es que no creo que pueda
Hay un silencio en la línea. Somos almas gemelas, la diosa luna nos unió y de alguna manera tenemos esa conexión invisible. Por eso creo que él también sabe que ya no tengo mucho tiempo.
—Por favor no digas eso.
Rio en lágrimas, ya no importa que mi cara este mojada en lágrimas ni que las personas en la habitación de hospital se quedaran calladas. Me concentro en él y él lo que tengo que decir.
—Se que no debí meterme en tus problemas personales, es tu manada y aun que fuera tu novia no debí opinar que cambiaras tu vida solo porque te extrañaba y pasaras más tiempo conmigo.
—Eres mi novia, eso lo podemos arreglar todo tiene solución amor así que no sigas hablando así, no hables como si te despidieras.
Respiro hondo para que mi voz no tiemble manteniendo mi mirada en el techo.
—Te amo, muchísimo. Tu manada es maravillosa y nunca debí sugerir que la dejaras aun lado por mí.
—Deja de hablar
Puedo sentir que se está enojando, pero volteando a ver a Lydia y aun que esta el lagrimas llorando ella también sabe que la medicina no va a hacer nada por mí. Ya no tengo más energías si quiera.
La maquinita conectada a mi corazón comienza a hacer ruiditos y mi respiración se vuelve más lenta. Mis vista borrosa convirtiéndose lentamente blanca.
—T/N...! T/N! Te amo no me dejes.
El celular resbala de mis manos.
SCOTT
Piso el freno sintiendo el agonizante dolor en mi corazón. Todo se vuelve borroso de color rojo. Salgo del auto ignorando a Derek quien se acaba de despertar y mantengo el celular en mi oreja suplicándole que vuelva a hablar, pero solo puedo escuchar el maldito ruido de la maquina y voces difusas.
Caigo de rodillas al suelo, el miedo me paraliza. Cuando recogen el celular solo escucho la voz de mi mejor amigo en sollozos.
—Se fue, se fue Scott.
Dejo caer el celular el pavimento, las garras salen y mi vista de Alpha sale. El dolor es incontrolable siento que no puedo respirar, pero ante ese dolor lo único que puedo hacer es rugir. Rugir al cielo por ella.
La perdí, la perdí y no pude estar ahí para ella y eso duele como una mierda. Derek se acerca a mi espalda y aunque sé que es incómodo para el me abraza como si eso fuera a calmar mis sollozos mientras vuelvo a mi forma humana.
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