Desde que el chico llamado Theo Raeken ingresó a la escuela, Stiles me ignora todo el tiempo, cuando trato de acercarme, se aleja tanto como puede para evitar que tengamos contacto físico o visual. Todas las noches lo llamo o le envío un mensaje con la esperanza de que finalmente se digne a hablar conmigo, pero nunca lo hace.
Esta noche decidí no volver a intentarlo, pero fue realmente difícil porque mis esperanzas nunca se rinden, pero desperté mi orgullo y salí a caminar para calmar mi ansiedad y tomarme un descanso. El aire nocturno ayuda, pero no del todo, así que me llevo los auriculares y el teléfono celular y luego me pierdo en la música, pasé diez minutos o al menos eso es lo que pienso y sin darme cuenta de que estoy frente al bosque.
Dos ojos amarillos brillantes en medio del oscuro bosque mirándome hace que sea hipnotizada, se acerca y todavía no me muevo. Es estar paralizada, soy lanzada al suelo, todavía veo esos ojos amarillos y brillantes que me miran como una presa.
Cuando está a unos pocos metros de mí, la luz de la lampara en el camino me permite ver su rostro y darse cuenta de que es ... Theo. Cuando me mira con una sonrisa siniestra, el pánico se apodera de mí como si mi cuerpo tuviera una señal para correr, y sin dudarlo lo hice.
Logré correr unos tres metros cuando ya estaba frente a mí, me sonrió de nuevo y me dijo.
—Eres su debilidad— y con sus garras me cortó el cuello.
EN EL HOSPITAL
Scott y Stiles estaban en el hospital junto a Lydia y Melissa tratando de descubrir qué le había pasado a un cuerpo, Lydia le estaba diciendo algo a Melissa, se detuvo de repente y miró el aire como si le estuvieran susurrando, luego se volvió para ver a Stiles que parecía preocupado a ella, una lágrima resbaló por su mejilla y susurró.
—(T / N)
(...)
Apenas aparcando su Jeep salió corriendo hacia ella, esa chica que se obligó a ignorar para protegerla, la razón por la que se hizo prometer a sí mismo que daría la vida, la que está tirada en el piso con sangre corriendo por su cuello, sus pulmones dejan de exijir oxígeno, ella está muerta.
Se arrodilló en el suelo y atrajo el cuerpo de su novia hacia él, no pudo evitar que las lágrimas corrieran mientras miraba a su novia con enojo consigo mismo y entristecido por perderla.
—Perdóname— sollozo —No estaba allí para ti, pensando que te estaba protegiendo cuando no debería alejarme por un segundo— le besó la frente —¡Perdóname por favor!.
Scott y Lydia se arrodillaron junto a él con lágrimas en los ojos al ver el cuerpo de una gran amiga.
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