Imaginas Teen Wolf

Scott McCall - Tu Pídeme Lo Que Quieras

Scott 

Stiles sigue explicándome que prefiere meterse clavos en las uñas antes de dejar su Jeep sin importar que tan dañado este. Si eso no es leal tal no sé qué es, extraño. Pero es mi mejor amigo. Rei ante su expresión defensiva.

Pero luego todo entro en modo cámara lenta, un adictivo olor a moras dulces con chocolate llego a mis fosas nasales. Mis pelos se pusieron de puntos, sentí incluso a mis pupilas dilatarse y entro una desesperación en mi de ir corriendo a donde sea que provenga ese olor.

—¿Estas bien amigo?

La voz de Stiles se escucho lejana y ahogada. Toda célula en mi piel estaba concentrada en una sola cosa. Ese olor.

Comencé a mover las piernas inconscientemente, cada paso más rápido hasta el punto que no me estaba controlando. Suspiro con frustración al comenzar a perder el aroma. Quería golpear los casilleros, una frustración me invadía cada vez que sentía menos y menos esa esencia que parezco necesitar.

Veo mi mano y veo que tengo las garras fuera, enseguida las oculto rogando nadie allá visto nada, pero enseguida un ser mas fuerte que yo volvió a concentrarse en buscar. Corrí y corrí realmente sin pensar, simplemente siguiente mi instinto hacia ese olor que dibuja un rastro morado hacia algún lado.

Mi corazón brinco de alegría una vez sentí ese aroma mas intenso. Entonces mis ojos encontraron a una personita. Una chica, ese cabello, esa piel, la forma de sus labios junto a sus lindas cejas fruncidas mientras mira desesperada en su mochila por algo.

No dude en ir hacia ella, no tengo idea quien es. No recuerdo haberla visto en ningún lado, pero siento que ya la conozco como la palma de mi mano. Y por una maldita razón necesito pegar su cuerpo al mío.

Me detuve una vez enfrente de ella, la hermosa chica levanto la vista y una vez sus ojitos encontraron los míos sentí mi cuerpo y alma derretirse por completo. Sea quien sea ella, estoy a su puta merced, mi reina, mi diosa. Dios necesito besar esos labios que se ven tan suaves.

—¿Hola? — se ve muy confundida, y eso la hace verla más dulce ante mis ojos —Me podrías ayudar, perdí mi horario.

Chica nueva.

Me arrodille junto a ella y su cercanía se sentía demasiado bien, pero yo necesito que no exista ninguna cercanía entre nosotros.

Me atreví a pasa mi mano por su mejilla, acariciar su cabello y finalizar por su cuello. La acerque mas a mi para pegar mi nariz a su cuello inhalando hondo que provoco sacara un pequeño, pero no tímido gemido.

Ella de inmediato se alejo de mi tacto lo cual me hizo sentir demasiado bien. No quiero que se aleje.

—Hermosa — susurre aun viéndola.

Ella me seguía viendo perpleja, debo verme como un psicópata, pero no me importa, lo único que tengo en mi mente es tenerla cerca mío de todas las maneras posibles.

—¡Scott! — Stiles llego a mi lado, me di cuenta que todo alrededor estaba en silencio, solo nosotros tres. Todos deben estar en clase seguro.

Mi mejor amigo me vio atinado, tratando de comprender la situación. Pero yo volví a ver a la chica enfrente mío que me ve desconfiada lo que me hace chillar como cachorrito.

—¿Amigo que te pasa? — se acerca a la chica para ayudarla a levantarse, pero gruño ante su cercanía.

—No la toques — ladre. El de inmediato se alejó.

A ella se le formo una expresión de miedo y tomo su mochila para comenzar a caminar lejos. Pero no permite eso. Me abalance para atraerla hacia mí, mis brazos rodeando su cinturita apegándola a mi permitiéndome olerla mejor dándome oleadas de alivio.