Sus dedos entran en mi y su boca a mi cuello. Mi dulce y posesivo novio no duda mucho más para jugar con sus dedos en mi provocando ondas de placer y obligándome a dejar salir gemidos.
Sus ojos de lobo quedan fijos en los míos mientras lo veo descender de rodillas enfrente de mi. Mi ropa interior desapareció destrozada en algún lugar. Mi respiración sube y baja emocionada con cada centímetro que se acerca a mi centro. Lo veo sacar su lengua y ahí da un primer lengüetazo enviando millones de sensaciones eléctricas Rea y jodidamente deliciosas.
Se entierra en mis muslos como si se tratara de un dulce que ama chupar y lamer con su dulce sabor. Y no me quejo al ser ese dulce por que por mi podría ser su dolor todos lo malditos días.
Sientes su lengua lamer y lamer en mi puntito sensible. Sus dedos suben y entierra dos en mi entrada no tarda en meterlos y sacarlos a un paso que no me deja respirar bien.
Como se espera el orgasmo viene a mi como un tsunami imposible de contener aun que hubiese querido disfrutar más su boca.
—Mi dulce princesa
Cuando recuerdo abro los ojos y está enfrente de mi con sus ojos luminosos para atraparme con su boca dejándome probar mi sabor en el.
Siento la punta de su miembro rozarle con mis pliegues sensibles. Lo escucho como su respiración le falla mientas hace que se le moje con mi humedad.
Creo que sin poder aguantar más me toma de la cintura y me acerca más para dejar su longitud entrar en mi lento pero por completa. Tiro la cabeza hacia atrás disfrutando como el me abre la sensación de su virilidad manda ondas de placer en mi con cada dulce movimiento.
Me toma de mis mejilla con una mano y me hace volverlo a ver con una cara depredadora como si me estuviera apunto de matar pero en realidad es su instinto de romperé con penetradas más fuertes hasta acérame gritar como si fuera su muñeca de trapo. —hazlo — le pido —no, sólo yo te oiré gritar así en esta fiesta hay demasiada gente y hombres lobo.
Sus movimientos siguen sin detenerse topándome respiración cortantes tratando de recuperar mi voz.
—Isaac por favor
Sus ojos brillantes se cierran respira hondo, cuando los vuelve a abrir voltea a ver al lado y se asegura que la puerta del baño está con seguro.
Sus manos me toman fuertes de la cintura, otra de su mano va subiendo por mi cuerpo hasta llegar a mi cuello y ahí da un ligero apretón lo que me hace casi dejarme llevar por el orgasmo pero lo aguanto un poco más.
Su mano sigue subiendo hasta mi boca donde ahí la tapa con toda su palma y con la otra en mi cadera toma impulso y empieza a darme esas duras penetraciones que hacen que la pequeña mesita en la que estoy se mueva y coque con fuerza contra la pared.
No sé explicarlo apenas puedo manejar la cantidad de placer que me invade con cada esto cada de su miembro adentro u afuera de mi co fuerza chocando con mi piel y nuestra humedad.
Mis piernas tiemblan ante mi clímax pero él no se detiene sigue con la misma fuerza. Le toca tomar con más fuerza hacia él aun su mano tapando como puede mis gemidos.
Él se corre y disminuye sus movimientos. En eso llega mi segundo orgasmo dejándome como realmente su muñeca de trapo sin energías de moverme que le toca a él a tomarme con fuerza en sus brazos.
Pasan unos minutos cuando lo siento sonreír con su boca pegada a mi frente y procede a depositar un beso.
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