Ahora Scott como mi tutor de mi nuevo trabajo como veterinario ha hecho mi vida mas fácil, e podido adaptarme al pueblo y a este nuevo yo como un hombre lobo. Solo que el autocontrol sigue siendo una cuestión aun un poco difícil.
—Te dejare por un par de horas, debo llevarle comida a mi madre así que — Scott me ofrece las llaves —No rompas nada
Ruedo los ojos y acepto las llaves asintiendo con la cabeza para dejarlo tranquilo. El solo sonríe y toma su casco para irse en su moto. Me siento en la silla del escritorio tomando mi celular para hacer nada. Por que es 99% posible que no venga nadie.
Bueno... este es el caso del 1%. Ese uno por ciento volviéndose increíblemente especial. Lo se por que un olor llego a mis fosas nasales que empezó a descontrolar mi ritmo cardiaco. Deje mi celular aun lado al tiempo que la mujer mas hermosa y radiante entro por esa puerta. Tuve que enterrar mis dedos en la mesa de escritorio para evitar saltar a ella y envolverla en mis brazos.
No se que me pasa, pero mi cuerpo reacciona muy raro y exagerado. Se me secan los labios con la necesidad de probar esos labios rosados. Es en el momento en que me concentro en su boca que me doy cuenta que está moviéndola y me dice palabras sin embargo no lo estoy escuchando.
—¿Hola?
Regreso a ver sus ojos y se ve algo molesta a lo que inmediatamente vuelvo a mi ser, sin embargo, aun no se que me pasa.
—Hola, amm perdón ¿Que decías hermosa?
—No me llames hermosa, mi gatita neblina esta mal, vomito toda la mañana.
Es ahí donde volteo a ver al gatito de pelaje blanco con ojos cafe3s en sus brazos. Mi instinto quiere alejarse del animal en esta caso en que me siento incapaz de controlarme con una inexplicable ansiedad. Pero es mi trabajo. Aprovecho y me acerco a ella, tomo al la gatito de sus brazos y puedo oler mucho mejor ese dulce y embriagante aroma. Sin controlarlo gruñí en placer. Ella se saca de onda a lo que debo carraspear intento disimular.
Le indico que me acompañe donde el la camilla de metal reviso a la gata, toda instrucción de Scott me ayudo a entender. En conclusión, la gatita esta sana.
—Neblina parece estar bien, probablemente comió algo que le hizo mal. Si te preocupa recomiendo unas pastillas masticables que le puedes dar para el vómito.
Ella empieza a responderme que si la acepta y yo me tomo un tiempo para respirar y levantar la mirada a sus ojos. Dios mío que ojos, podría verlos todo el maldito día.
—¿Cuánto por las pastillas?
Su voz suena irritada, debo verme como un idiota, pero al carajo. Le indico el precio y asiente.
—Sal conmigo— lanzo la bomba con el corazón en la garganta.
—¿Qué?
Mi cuerpo me traiciona y mis brazos se enrollan alrededor de ella para poder olerla atrayéndola a mí.
—Sal conmigo
—Suéltame o te pateo las bolas
—Si con eso me dices que si adelante
Es en ese momento la veo sonreír y quiero brincar de felicidad. Ella me hace soltarla intento hacerlo y alejarla, pero tengo una enorme necesidad. La vuelvo a atraer tan cerca que podría besarla, pero eso seria demasiado y la asustaría.
—Dime que si por favor
Sus ojos estudian los míos, fueron segundos, pero los segundos mas largos que hayan existido. No puedo respirar hasta que por fin ella contesta.
—Si neblina se pone bien para mañana entonces sí. podrás tener una cita conmigo
Una sonrisa pinta mis labios.
—Acepto los términos.
Ella me hace volver a soltarla, deja el dinero en la mesa y las toma junto a su gatita para despedirse e irse. Tuve que controlarme mentalmente lo mas que pude mientras la vi irse. Todo mi cuerpo me dolía por ir corriendo tras lo que es mío y lo que debo cuidar. Solo dure un par de minutos cuando arranque para seguirla al oír su auto alejarse.
Para mi desgracia Scott ha vuelto y me detiene a medio camino.
—¿Dónde crees que vas romeo?
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