—No temas hermosa, nadie te hará algo que no disfrutes — ahora Chris susurra esas palabras en oído.
Cierro los ojos un momento mentalizando que estoy aceptando que dos hombres me toquen de la manera que se les ocurra mientras soy amarrada de manos. En la vida se debe correr ciertos riesgos ¿no?
—Bien, háganlo antes de que me arrepienta.
Les nuestros mis muñecas y Peter no dudan en envolverlas con la soga que tenia en la mano y aprovechando nuestra cercanía estampa su boca en la mia lográndome robarme la respiración. Mientras el seguía besándome con su boca metiendo su lengua también provocando muchas sensaciones que no podría explicar. Chris puso sus manos a trabajar y se dedico a recorrer mi cuerpo aun con ropa puesta, pero él se encargó de ir desabotonado y quitando prenda por prenda.
Una vez me tuvieron en ropa interior. Peter alejo su boca de mi dejándome algo mareada y deseosa de mas de sus besos. Abro los ojos para ver como ellos se deshacen de su ropa y ahora se acercan a mi como depredadores a su presa. Chris me toma en sus brazos y se deja caer de espaldas en la cama conmigo encima. Con el salto puedo sentir muy bien su bulto en mi clítoris que me hace la necesidad de moverme sobre él. Pero recuerdo que en estos momentos ellos son los que mandan sobre mí.
Chris me mantiene quieta mientras siento a Peter detrás mío.
—¿Estas lista hermosa? — lo escucho preguntar.
Asiento con la cabeza, pero ante eso recibo un azote.
—Usa tus palabras amor — me dice Chris mientras recorre su nariz por mi cuello oliendo mi esencia.
—Si — mi voz sale temblorosa ante la excitación y la adrenalina de lo que va a pasar.
—Buena chica — dicen ambos.
Chris baja su mano tomando su miembro y puedo sentir como se masturbo mientras tiene su vista pegada a mis pechos.
—Quítale las bragas — le ordena Chris a Peter
Peter con todo el gusto del mundo rompe mi ropa interior y pasa su boca toda mi vagina. Una vez dejo de sentir la sensación de su lengua ahora siento el miembro de Chris en mi entrada. Él toma mi mentón y me hace mirarlo mientras va entrando en mi poco a poco.
—Eso que buena niña lo tomas muy bien
Quiero gemir, pero me mantengo quieta y callada mientras permito que lo meta lo más profundo posible.
—No te quedes quieto Chris, déjame ver como la follas.
La mano de Peter pasa por mi espalda recorriéndola una y otra vez provocando varias sensaciones que no sabia que tenia mientras Argente sigue entrando y saliendo de mí.
Peter beso mi cuello y hombros mientras jugaba con el agujero de mi ano, preparándolo para ser invadido por él.
—Eso es relájate amor, córrete para el y así puedo follarte ese lindo trasero de una vez
Muerdo mis labios intentando ignorar las palabras de Peter queriendo disfrutar mas el vaivén de Chris, pero no lo puedo contener y mi orgasmo explota haciéndome gritar y temblar.
Sin embargo, ninguno de los dos me da un descanso ya que Chris me sostiene con fuerza mientras Peter dirige su miembro a mi agujero y con paciencia va a entrando dentro de mí. Aunque lo intente no puedo ocultar mis gemidos es tan doloroso pero delicioso a la vez.
—Te ves tan bella cuando tomas a dos hombres a la vez.
Chris besa mi frente y comienza a volver a moverse mandando olas de placer mientras Peter sigue entrando en mí.
Una vez los tengo a ambos comienzan a moverse, entre uno, sale otra y viceversa. Es como embriagarse en placer. Ambos gruñen y gimen incluse dicen palabras perversas hacia a mi manoseando mi cuerpo, pero en lo que realmente puedo concentrarme es en el placer que parece querer volverme loca.
—Eso es córrete para nosotras amor
Mi cuerpo obedece y me corro a lo que ellos no tardan en seguirme y siento su liquido llenarme en ambos lados.
Cierro los ojos disfrutando la sensación mientras nos recomponemos respirando agitadamente. Abro los ojos y Chris me esta viendo con cariño. Ambos salen de mi y me siento vacía. Ahora miro de frente a Peter y me toma la cara para besarme sonriente.
Me vuelve a ver a los ojos y acariciando mi cabello dice
—¿Segundo round?
Y me muestra una tela oscuro que me es fácil deducir que me quiere tapar los ojos a lo que le sonrió con picardía.
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