Deathbeds [Wigetta]

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-Está vivo- Guillermo miró a sus acompañantes y sonrió entre lágrimas -¡Está vivo!

-¿Qué?- Rubén no pudo controlar la sorpresa que instantáneamente invadió su cuerpo, por lo que tampoco pudo detenerse cuando se acercó al menor y le quitó su móvil con desesperación, realmente necesitado de escuchar aquellas palabras por alguien más -¿Hola?

David, igual que su amigo, se acercó al más alto y le quitó también el móvil para mirar la pantalla y presionar el botón de altavoz, pudiendo así escuchar junto con el otro aquellas palabras que todo el mundo esperaba pero que solo Guillermo había obtenido hasta el momento

-Debemos llamar a los padres de Samuel para decirles- moduló el más joven con la voz de la enfermera de fondo mientras miraba a sus progenitores, quienes aún no salían de su sorpresa –Dijo que está en el hospital San Rafael y que está débil, pero eso significa que está vivo. ¡Debemos ir!- sintió sus manos temblar por la necesidad -¡Llamen a los padres de Samuel, por favor!- ante la exigencia, su padre tomo su móvil y marcó el número de los De Luque –Vale, debemos irnos- la mujer asintió. Guillermo se acercó a sus amigos, los cuales estaban igual que él, y habló cerca de la mano de David, lugar donde estaba su móvil -¿Dónde queda el hospital?

La chica pausó su relato ante la exigencia del contrario, por lo que tardó un par de segundos en volver a tomar la palabra.

-A un par de kilómetros del centro de Zaragoza, a dos calles del departamento de bomberos.

-¿Zaragoza?- la mayor frunció el ceño ante las palabras de la joven –Eso queda a tres horas y media de aquí.

-Entonces debemos ponernos en marcha- la respiración del menor comenzaba a alterarse -¿Puedes darnos indicaciones?