Deathbeds [Wigetta]

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-¿A qué se refería con que le gustaría que le contaran lo que me contaron a él?- la voz de Guillermo, a pesar de sonar baja por el lugar en el que estaban, mostraba firmeza -¿Qué le contaron?- ambos adultos giraron a mirar al menor y, luego de algunos segundos de una mirada sostenida, decidieron hablar.

-Es algo personal, ¿sí, Guillermo?- sentenció Amelia con el ceño levemente fruncido, causando que el nombrado se sintiera incómodo por primera vez estando con ella; había perdido repentinamente todas aquellas pizcas de calma y bondad que aún irradiaba –Samuel nos prohibió hablar de eso con cualquier persona y respetamos eso.

-Pero se lo contaron a al doctor...

-Sí, pero él va por encima de los deseos de Samuel en este momento- vio el ceño de la mujer fruncirse un poco más y sintió como su corazón comenzaba a golpetear contra su pecho de forma nerviosa –Contárselo a un profesional es necesario y ayudará. Si mi hijo no te lo contó, no estamos en poder de contártelo nosotros.

-Amelia, por favor, soy su novio... Necesito saber qué pasa.

-Lo sentimos, Guillermo, pero no- agregó José tras escuchar a su esposa suspirar –Es algo muy personal que forma parte de la vida de Samuel y que él decidió que quedase solo entre los que atravesamos ese momento con él- el menor tomó aire para poder hablar, pero el contrario volvió a tomar la palabra –Entiende, por favor, que esto es lo que quiere tu chico.

Guillermo frunció el ceño con fuerza, sintiéndose no solo ofendido sino también alterado.

-Mi chico también quiso quitarse la vida y no por ello dejaríamos que lo vuelva a hacer solo por respetar su idea- la pareja abrió los ojos en grande -¿No quieren contármelo? Perfecto, lo respetaré, pero considero que si contárselo al doctor fue de ayuda también lo será conmigo- los padres del internado se observaron –No pienso dejar a Samuel solo en esto y solo busco ayudarlo, espero que lo tengan claro.