Deathbeds [Wigetta]

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-Se que repetir esto es algo que no debería estar haciendo, pero es que realmente necesito que quede claro- declaró Guillermo con seriedad pero con delicadeza ante la mirada fulminante de su jefe -Samuel es una persona muy importante para mí, y estar a su lado es igual de importante- el mayor suspiró -Se que esto le traerá problemas a la compañía y entiendo completamente si quiere que recaiga alguna sanción sobre mi después de esto, pero necesito que me deje trabajar a la distancia- el más joven tragó en seco al ver que el contrario fruncía los labios -Me encargaré completamente de preparar los informes y las presentaciones para que alguien más las haga, de dejar todo en condiciones para los clientes y...

-Lo necesito aquí, señor Díaz, presente ante las inquietudes de sus clientes.

-Mi novio me necesita también- sus ojos pronto parecieron ganar destellos de desesperación que hicieron que su jefe aflojara sus facciones -No le estaría pidiendo esto si no lo viese necesario- Guillermo suspiró.

El mayor frente a él pareció pensárselo por un par de segundos. Guillermo era uno de sus mejores empleados y desligarlo de la empresa sería una completa tontería teniendo en cuenta las capacidades con la que este contaba, pero a su vez tenía presente de que de nada le servía tenerlo en otra ciudad cuando los problemas surgían en aquel edificio. Sin embargo, su mirada suplicante y su desesperación palpable le ablandaban el pensamiento, sobre todo porque creía verse reflejado en él cuando era joven. Su esposa era su todo y haría por ella lo que fuese necesario para verla feliz, cosa que estaba buscando el joven frente a él.

El mayor suspiró y, luego de apretar el puente de su nariz con frustración por lo que estaba por decir, habló.

-Hay un puesto que puedes cubrir a la distancia- dijo y Guillermo sintió su corazón golpear con esperanza -pero implicaría una disminución de tu sueldo y la pérdida del puesto que has conseguido aquí.

-Lo que sea- aseguró con los ojos brillosos -Estoy dispuesto.