< 157 >

249 36 0
                                    

La noche continuó de manera pausada para Samuel, quizás hasta tortuosamente lenta.

Aquel departamento, a pesar de que estaba notablemente poblado por personas que conocía, lo hacía sentir extraño y desencajado. Sus padres y Guillermo habían estado de un lado al otro juntando y guardando sus cosas mientras él esperaba la atención de alguno en el sofá, lugar del que no podía salir por más que quisiese; prefería quedarse allí, a la vista de todos, y evitar que sus voces lo impulsasen a hacer algo malo por estar solo. 

Había contemplado a sus padres sacar sus cosas de su habitación, como también como hablaban por teléfono con algún encargado del hospital en el que estaría otro tiempo.

Había visto a Guillermo juntar papeles del trabajo de todos los rincones del pequeño departamento, como también como le contaba a sus padres que pronto estaría de vuelta en la ciudad.

Las cosas parecían extrañas vistas por fuera del hospital, y más si significaban que algo había cambiado en sus días.

-¿Te molesta si me siento a tu lado?- escuchó a Guillermo preguntar, por lo que sacudió la cabeza y se lo encontró justo frente a él, observándolo con una sonrisa cansada. Confundido, asintió -¿Cómo te sientes?

Samuel tardó un par de segundos en contestar. Su vista se había perdido nuevamente en su entorno (el cual había pasado a estar vacío de cosas conocidas) y en sus pensamientos (los cuales no paraban de confundirlo).

-Extraño- fue lo único que pudo decir antes de sentir el cuerpo de su chico sentándose a su lado. Dejó que su cabeza se apoyase sobre el hombro del más joven y suspiró -Siento que llevo siglos fuera del mundo, ¿sabes?- sintió las caricias de Guillermo sobre su coronilla -Es extraño.

Deathbeds [Wigetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora