Deathbeds [Wigetta]

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-Oh, Samuel- dijo Guillermo mientras se acercaba aún más al contrario para poder envolver una de sus manos entre las suyas con delicadeza, sintiendo como su piel estaba fría incluso a través de los guantes –Joder, ¿qué hiciste?

El silencio por parte del nombrado y el sonido de las máquinas hicieron al menor derramar sus lágrimas finalmente.

-Tú debes ser su pareja, ¿no es así?- escuchó a alguien hablarle, por lo que giró la cabeza para observar su panorama y encontrarse con un hombre de unos treinta y tantos años vestido de la misma forma que él a unos cuantos pasos de distancia –Soy el doctor Mars, estoy a cargo del paciente- agregó para acercarse, quedando junto al joven.

-Guillermo- se presentó sin querer soltar la mano de su chico para corresponder más formalmente al saludo -¿Cómo está?

-Débil- a pesar de que la mirada del médico era seria, sus ojos mostraban compasión –Como le dije a sus padres, necesita de mucho reposo y cuidados para mejorar, cosa que estamos intentando hacer con este coma inducido. Su cuerpo aún tiene rastros de los medicamentos que se tomó antes de llegar aquí, por lo que este proceso de desintoxicación en el que está puede durar de tres a cinco días más- Guillermo entrelazó delicadamente sus dedos con los de Samuel y con su mano restante cubrió la unión, sintiendo como sus dedos y la vía chocaban contra su palma –De todas formas, a pesar de ser lento, el avance es favorable, por lo que pronto podremos despertarlo y quitarle la sonda- el menor asintió y observó con cuidado el rostro de su chico, encontrándose con que sus labios estaban secos y que debajo de sus ojos cerrados se abrían paso dos grandes ojeras.

Tenía miles de cosas más que preguntar pero, en su lugar, decidió llorar en silencio y contemplar el calmado respirar de Samuel, el cual indicaba que, a pesar de que había querido lo contrario, seguía con vida y junto a ellos.