Deathbeds [Wigetta]

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La mesa estuvo repleta ese mediodía, más de lo que estaba acostumbrado a ver estando en casa de sus padres. Su madre había preparado su comida favorita (esa que siempre cocinaba cuando su hijo había tenido un mal día y que Samuel consideraba que nadie podía hacer mejor que ella) por lo que no fue sorpresa para él que los demás comensales se tomasen su tiempo para disfrutar del platillo. No mentía cuando era algo exquisito y que, sin duda, la reacción de todos estaba más que justificada. Su boca estuvo llena en todo momento, procurando saborear completamente todos los ingredientes y la mezcla de ellos.

La sal estaba justa, el romero bailaba en sus papilas, la carne se deshacía en su boca...

Separó la vista de su plato por un instante, encontrándose con la mirada divertida de Guillermo justo delante de él. Su chico lo miraba con una sonrisa curvado sus labios, notablemente atento a sus acciones y reacciones, emocionado por ver que estaba disfrutando la comida como llevaba tiempo sin hacerlo. El menor conocía los sabores de aquel platillo y lo exquisito que era, había sido el primero que comió en casa de los De Luque cuando Samuel lo presentó como su novio hacía un par de años,  pero aún así decidió detener sus movimientos y simplemente contemplar a su novio, como pocas veces, realmente distendido y fuera de aquellos pensamientos tan negativos.

Quería tener una buena imagen de Samuel antes que tuviese que separarse de el de nuevo, por lo que podía dejar pasar aquella comida si eso significaba que captaría la sonrisa del más grande.