< 161 >

229 36 0
                                    

Volver a ver las calles de su ciudad, esa ciudad que había quedado un poco atrás cuando dejó la casa de sus padres para comenzar su completa autonomía, no le había generado tantísimas cosas a la vez. Sus ojos se movían de un rincón al otro mientras observaba el panorama a su alrededor, llenándose de recuerdos en los que, para su sorpresa, predominaba lo bueno. Habían pasado por su escuela, en la que había conocido a uno de sus mejores amigos, y el parque al que siempre iban cuando salían de ella; también por el puesto de golosinas al que su padre solía llevarlo cuando quería recomenzarlo por algo y por la heladería en la que su madre solía trabajar y que siempre le regalaban alguno gratis al verlos. Todo estaba tal y como lo había dejado la tarde en la que se fue, pero a la vez distinto.

No sabía lo que era, pero podía sentirlo.

Volver a ver la casa de sus padres fue más raro aún, aunque no tanto como volver a entrar a su habitación de toda la vida. Dentro, y junto a un par de cajas que guardaban cosas de su antiguo departamento, lo habían recibido David y Rubén, quienes no pudieron contenerse al momento de abalanzarse sobre él en cuanto lo vieron entrar. No lo había notado hasta ese momento, pero extrañaba los brazos de sus amigos alrededor de su cuerpo, como también el escucharlos reír y hablar de mil tonterías. Los padres de Guillermo, quienes habían caído un par de horas más tarde, no tardaron en abrazarlo como lo habían hecho sus amigos en cuanto lo vieron, cosa que terminó de completar aquella mañana repleta de recuerdos, custodias, abrazos y pastillas.

Era extraño estar fuera del hospital y rodeado de personas, pero se sentía a gusto con ello.

Deathbeds [Wigetta]Where stories live. Discover now