CAPÍTULO 71

1.5K 115 23
                                    

La primera Hinata tiene mucho que ocultar...


No sé cuánto tiempo llevaba escondida tras el árbol contemplándolo, pero él se miraba tan animado como desde el momento en que llegue. Su energía parecía no agotarse. Aunque no me extrañaba, él es un niño muy hiperactivo a lo que he observado.

Y es que, desde que supe de su existencia, había querido alejarme de él, pero pareciera que siempre encontraba la forma de encontrarme. Podía ser un dolor de cabeza a pesar de su corta edad.

Porque sabía que una vez que me viera, no me dejaría sola, por lo que seguí esperando a que el solo se marchara.

No sé cómo mi tío lo dejaba vagar como si nada por los alrededores. Dejar a sus hijos hacer lo que quisieran, no tuvo el mejor resultado. Yo pagaba las consecuencias de ello ahora.

Suspire por el recuerdo, que no me percate en qué momento, me había descubierto.

- Aquí estas

Escuche su voz antes de verlo, ya que de un de repente, colgaba de la rama que se encontraba arriba de mí.

Sus enormes ojos azules me miraron con ternura, y con ese sonrojo en sus mejillas que solo le hacían ver más inocente, pero no lo era. Era travieso e inquieto.

Era adorable.

Pero jamás lo admitiría. Porque el solo tener esos pensamientos hacia él, provocaban que mi corazón solo se estrujara cada vez más.

Por fin pude ver que se encontraba agitado, al igual que sus cabellos rubios. Aunque esos siempre eran así de revueltos. Y por primera vez, después de estos dos últimos años que pasaron y que había decidido irme, pude notar como había crecido. Si no me equivoco, tendría doce, pero seguía actuando como un niño de ocho.

- ¿Dónde está tu papá?

Decidí preguntar, antes de alejarme de él, bajando del árbol y aterrizando en el suave pasto del jardín. No me gustaba estar cerca de aquel pequeño humano. Esos ojos azules debían tener alguna maldición, porque solo lograban hacer mí que mi cuerpo y el corazón, se embargaran con esa sensación de traición.

Salió. —Escuche su voz cerca, por lo que, al girarme un poco, el ya se encontraba tan cerca mío como cuando estábamos en el árbol. — Me quise quedar, te estaba esperando.

Le mire severamente por aquella osada respuesta, pero el no borro su sonrisa y su despreocupada postura.

Yo era respetada y debo admitir, también temida, pero eso no parecía importarle a este niño en lo más mínimo.

— No debías.

Contesté con brusquedad, esperando que se alejara, pero él solo puso sus manos tras su cabeza volviendo a ignorar mi actitud. No sabia como dejar en claro que lo quería lejos de mí.

-— Yo creo que sí. Porque tú siempre regresas y no quería que te sintieras sola si no nos encontrábamos en casa.

Contesto sin quitar la mirada de mí. Y que, a pesar de la diferencia de estatura, me miraba como un igual. De verdad no lo soportaba.

- Vengo a ver a tu papá no a ti.

Decidí dejarlo de una vez por toda y no lidiar con él. Podría esperar en la sala a la llegada de mi tío.

Mi Dulce Niña (NaruHina)Where stories live. Discover now