CAPÍTULO 69

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Mientras Hinata-chan me ame, todo estará bien

Te mataría si pudiera

No habrá ni una mujer que no seas tu

Te quiero lejos de mi vida

No puedes enamorarte

Hinata-sama...usted corre peligro

Indra está cerca

Quítale los ojos y no lastime su cuerpo...nos servirá

No sé si pueda seguir, no sin él.

— ¡No!

Hinata se levantó con sorpresa y miedo por igual. Llevó sus manos a sus oídos apretando fuertemente su cabeza en un intento por acallar aquellas voces que parecían grabadas a fuego en su mente.

— No...tranquila...Debes estar tranquila... — Se dijo antes de abrazarse tratando de controlar su respiración. Recordó lo que había pasado ayer y cómo la había llevado a ese estado.

Por su puesto, ella tenía cosas más importantes por las que preocuparse, pero, aun así, no podía dejar sus sentimientos a un lado. O más bien, no podía dejar los sentimientos que tenía por Naruto a un lado.

Por primera vez Hinata...lucha por él.

— Luchar... — Susurró. Esa simple palabra reflejaba sus dudas y, también, su decepción.

Sabía que Itachi tenía razón. Ella nunca había hecho algo para merecer el amor de Naruto, simplemente había sido una niña en apuros, una de la cual él se había compadecido. Tal vez si su madre no lo hubiera rescatado, él jamás hubiera posado su mirada en ella.

— Luchar... — repitió, pero esta vez agregó: — por ti...

Aun podía sentir la duda reverberar en sus sentimientos, pero una nueva pregunta se abrió paso en sus pensamientos.

¿Qué estaba dispuesta a hacer por el amor de Naruto?

Y, entonces, todo quedó en silencio. Aquellas voces se habían ido, se habían callado.

Sonrió. Con solo pensar en él, su mente entraba en calma.

— Lo hare. —Se dijo, con seguridad. — Lucharé por ti...Naruto.

——

— Hinata... ¿Pidió días libres? —Tsunade preguntó sumamente extrañada al escuchar lo que Shizune le había informado. Shizune asintió.

Un poco intranquila, ordenó que un Ambu fuera a su casa para confirmar su ubicación. Sin embargo, éste le había informado que Hinata no se encontraba ahí, ni en los alrededores.

Ahora preocupada, mandó llamar a Itachi esperando que él supiera de su paradero.

— ¿Qué? —Itachi parecía igual o más extrañado que ella. — ¿Cómo que no saben dónde está?

Hinata no había sido vista desde la noche anterior, su casa estaba intacta y el terreno no mostraba rastros de algún posible enfrentamiento. Además, tampoco había señales de que hubiera salido de la aldea.

Nadie sabía nada de ella, era como si solo se hubiese esfumado.

— Ayer ella se encontró con Naruto. — Le informó Tsunade intuyendo que su desaparición tendría algo que ver con ese encuentro.

— Ella me lo dijo. Pero no, no fui el más indicado para consolarla. —Itachi parecía consternado, sin embargo, se obligó a seguir hablando: —Tsunade-sama, debemos avisarle de esto. Ella puede estar en peligro.

Mi Dulce Niña (NaruHina)Where stories live. Discover now