CAPÍTULO 34

3.3K 256 107
                                    

― No llega aun.

Susurro Hinata en el rio donde siempre se reunían. La noche había caído después de que Itachi la había dejado en su casa.

El día estaba pasando pero no miraba señales de naruto aun y estaría más preocupada si Itachi no le hubiera dicho que el regresaría. Se recostó viendo el cielo y las estrellas intentado tener paciencia.

― Podría verte dormir pero...―Hinata se levantó al escuchar aquella voz tan esperada en su oído. Ya no estaba en el rio, estaba en la cama de naruto con el encima de ella con una sonrisa que le hizo dar vuelta a su corazón porque sabía que venía.―... en este momento prefiero hacer algo más.

― Te extrañe.

Soltó Hinata viendo que naruto ya no tenía su ropa a excepción de su ropa interior que comenzaba apretarle entre su pierna. Naruto se acercó a su cuello antes de inhalar.

― Joder, yo también. ―bajo besando su cuello, justo en donde vio como el pulso de Hinata comenzaba acelerar― cada día es más difícil estar lejos de ti.

Hinata no pudo evitar soltar un gemido cunado naruto apretó su pecho aun con su ropa puesta. El rubio al darse cuenta desabrocho su camisa que tenía dejándola con un sostén negro. En ese momento él se dio cuenta que estos parecían un poco más grandes. También noto como sus caderas se habían anchado un poco más. Suspiro pensando que tendría que alejar a más niños estúpidos. Matar ya se estaba volviendo tentador a esas alturas.

― Eres demasiado hermosa para mi propia cordura.

Naruto bajo las tiras del sostén exponiendo aquellos pechos que lo incitaban a probarlos por lo que no pudo hacer otra cosa que obedecer.

Hinata solo podía gritar y sostener su cabello rubio para que parara o pasara al otro, aun no lo tenía definido.

Naruto paso por las prendas de la parte baja, hasta que la dejo desnuda a excepción de su sostén, el cual decidió conservar.

― Naruto...por favor...yo...

Ella apretó sus muslos por lo que naruto los abrió dejándola totalmente expuesta provocando que se avergonzara. Miro como le gustaba que lo negro del sostén contrastara con la piel blanca de sus pechos. Su boca se hizo agua pero prefirió probar algo más.

Naruto la torturo pasando lentamente su lengua por sus sensibles labios íntimos hasta llegar a su clítoris y chuparlo. Ella solo pudo tomar su cabello y dejarlo seguir. Cuando se trataba de naruto no había otra opción que no fuera obedecerlo.

Y aun en esa dulzura de tortura no pudo evitar gritar cuando Naruto se había aventurado a introducir dos dedos en ella. Grito cuando sintió como su cuerpo parecía estar totalmente al control de naruto. Aquellos dedos se movieron y la hicieron escuchar como sus fluidos eran cada vez más. Se avergonzaba pero no podía obligarse decir que parara. Las palabras solo no salían de su boca.

Su cuerpo solo anhela la intensidad que vendría en cualquier momento si continúa tocándola de esa forma y esa vez seriá largo e intenso.

― Mia. Siempre has sido mía. ―naruto gruño mandando su aliento caliente a su clítoris obligándola a caer a aquel conocido abismo de placer. Naruto continuo moviendo sus dedos mientras ella solo podía cerrar sus ojos y venirse en ellos.― incluso tu cuerpo lo sabe Hinata.

Se puso encima de ella besando su rostro hasta que sus ojos perlados lo miraron con una especie de adoración que lo dejo sin aliento.

― Naruto.

Demasiada dulce. Demasiada suave y gentil.

Penso mientras comenzaba a  entrar en ella lentamente haciéndolos gemir a ambos.

Mi Dulce Niña (NaruHina)Where stories live. Discover now