CAPÍTULO 94

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La siguió sin saber porque ella huía con tanta desesperación y aquella pequeña zorra que había invocado la primera vez la perseguía gritando que se parara, no le daban buena espina.

Pero cuando noto a donde corría, su corazón de detuvo por el miedo de verla en peligro. No creía posible que Hinata realmente estuviera a punto de brincar y menos por ese acantilado.

Pero entonces una capa de hielo se atravesó en su camino permitiéndole suspirar. Eso debía detenerla.

Pero no lo hizo.

Un golpe de furia derribo aquella defensa que debería frenarla, pero solo la había instado a ir por su objetivo con más rapidez.

Porque ella solo se lanzó y Naruto ya intentaba detenerla en un abrir y cerrar de ojos. No importándole que lo viera y supiera que la vigilaba. Su vida era su prioridad.

Pero Hinata ya estaba fuera de su alcance.

- ¡No!

Grito con frustración Naruto al no poder tomarla a tiempo, pero entonces ella volteo y lo miro. O eso creyó. Pero sus ojos no eran perlados.

Sus ojos brillaban.

Y sin preverlo, el sintió un estirón familiar.

El chakra que ella emanaba le llamo y lo hizo sentir como el suyo se descontrolaba.

Hinata cerro sus ojos y el logro abrazarla antes que ambos cayeran al acantilado. Una vez que la sostuvo firme estaba a punto de transportarse a la casa de Tsunade para que le ayudara a calmarla ahora que sabía que el seguía en su vida. Pero entonces paso.

Su chakra se unió al de ella.

De repente, ya no estaba cayendo al acantilado ni sostenía a Hinata, estaba en una especie de valle. Miro a su alrededor preocupado, pero no había nadie, solo estaba él y no entendía que había pasado.

- ¡Hinata!

Grito e intento localizar su sello, pero era como si no existiera. Giro a su alrededor y entonces se quedó paralizado por lo que miraba. Frente a él de repente apareció un hombre.

Una mirada azul del mismo tono que sus ojos le regreso la mirada, pero estos encerraban una madurez más allá que la de cualquier persona que había conocido.

Pero eso no es lo único que le tenía anclado al suelo. Si no el hecho de que esa persona era él. O alguien parecido a él, por excepción de sus ropas. Estas eran vestimentas como los que usaban los Hokagues. Y a pesar de su parecido con él, este se miraba más maduro.

- ¿Qué...que significa esto?

- Así que tú eres el Naruto de esta época...creí que habíamos desaparecido.

- No lo entiendo... ¿qué significa esto?

- Es normal que no lo hagas, no creí que no volvería a renacer...al menos ese era mi propósito, pero si estás aquí eso significa que ella volvió ¿Verdad?

- ¿Qué? ¿A quién te refieres?

- A Hinata.

Naruto se sorprendió que la mencionara. Y a pesar de que por un segundo sintió miedo y furia, eso se esfumo tan rápido como llego, porque al decir su nombre, no lo hizo mas que con un sentimiento que el conocía bien. Con amor.

- Si...ella está aquí. Pero...aun así no lo entiendo.

Su versión madura sonrió y solo recargo su mano en su hombro a modo de calmarlo, pero ese gesto fue también para concentrarse en algo, noto que, con ese contacto, el intentaba ver de algún modo su vida.

Mi Dulce Niña (NaruHina)Where stories live. Discover now