CAPÍTULO 2

7.8K 561 127
                                    

 Había pasado alrededor de casi dos meses desde el día en que encontró a Naruto en su vida. Se dedicaba a cuidarlo lo más que podía. Porque cuando le reclamo a Hiashi el secreto y él le había dicho que era porque no quería Naruto en su familia le había dejado el corazón roto.

No pensaba que Hiashi fuera tan frio y menos con un niño. Así que decidió usar sus recursos y tiempo a pesar de las represalias de su esposo, en cuidar a Naruto.

Le había dado ropa, comida y cuidados. Había ido a su departamento y lo había acondicionado lo mejor posible, además de llevarle comida nutritiva cada que podía. Era un niño en desarrollo, no podía comer solo ramen.

― Tía, mire.

Se encontraban en el río ese día. Naruto recolectaba unos renacuajos en un estanque cerca y siempre que encontraba uno interesante se lo llevaba.

Le había prohibido que le dijera Hana, y le pidió lo llamara como se supone se llamarían los hijos de ambas.

― ¿Que tienes ahí?

― ¡Una rana roja dattebayo!

Grito emocionado el rubio. Era cada vez más común verlo con esa sonrisa tan parecida a Kushina. No podía evitar compararlos cuando Naruto se miraba tan parecida a ella con su actitud y es muletilla que su amiga poseía.

Los gritos hicieron mover a su bebé como siempre lo hacía cuando estaba cerca de Naruto. Hana había intentado que su hija se moviera antes y no lo había logrado. Pero cuando Naruto hablaba o tocaba su estómago, la bebé parcia sentir la presencia del rubio y se cobraba vida.

―Es muy linda Naru.

Hana escucho un ruido tras de ellos y activo su Byakugan rápidamente antes de sonreír y tranquilizarse.

―Hola Itachi-kun, Kakashi-kun

Le saludo sonriendo al ver que no corrían peligro. Hana ya concia al joven Kakashi. Era de los pupilos de Minato, pero tanto ella como el, ignoraban la existencia de Naruto. Hasta hace apenas un año que el peli blanco sabía. Pero al escuchar por parte de Hiashi que a Hana no le interesaba, había decidido no contarle nada y sentir rencor por la que decía ser amiga, de su Sensei y su esposa. Cuando se enteró que todo eso era mentira, le tranquilizo estar equivocado.

―Hana-sama

Le saludaron ambos aun vestidos en sus trajes Ambus. Itachi era el único que había cuidado a Naruto lo más que podía desde que este tenía cuatro años. Lo había encontrado casi moribundo el día de su cumpleaños. Sabía que era el jinchuriki, pero no el trato que recibía.

Por eso al darse cuenta de la nobleza del pequeño, no dudo en hacerlo como un hermano. Y por eso es que cuando regresaban de alguna misión, lo primero que hacían era ver como estaba. Pero desde que Hana de había unido a su cuidado, podían irse más tranquilos al saber que ya no dejaban solo a su hermano.

― ¡Itachi-nichan! ¡Kakashi-nichan!

Grito el rubio soltando su rana y corriendo a saludarlos.

― ¿Cómo estas Naruto-kun? ¿No causaste problemas a Hana-sama? ―le pregunto Itachi mientras acariciaba su rubio cabello.

― ¡No! ¡Me he portado bien! ¿Verdad tía?

―Así es Naruto-kun.

Sonrió Hana observando como Kakashi recogía la rana y platicaba con Naruto.

Hana miro la escena y se alegró tanto de ver la sonrisa de Naruto en su rostro con mucha más frecuencia que antes.

――

Mi Dulce Niña (NaruHina)Onde histórias criam vida. Descubra agora