CAPÍTULO 22

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― Esto sí que es una sorpresa...no sé cómo paso esto, pero me agrada.

Dijo Orochimaru viendo como a Hinata comenzaba a crecerle las garras en sus manos y colmillos. El chakra rojo era solo un poco menos rojo que el que envolvía a Naruto, pero de igual manera en sus mejillas aparecieron las marcas que caracterizaban a l rubio. Hinata solo pensaba en eliminar a aquella persona que le había provocado dolor. Ese era su objetivo.

― Vamos Hinata-chan. Muéstrame esto. Quiero aprenderlo todo antes de que esos ojos sean míos.

Hinata gruño antes de desaparecer y aparecer frente a Orochimaru sorprendiéndolo. Un zarpazo fue suficiente para lanzarlo a un tronco grueso y partirlo en dos. Pero la risa de Orochimaru no se hizo esperar. El sannin salió sonriendo de entre las astillas a pesar de las claras heridas.

― ¡Eso! ¡Muestra tu fuerza!

Hinata corrió enfrentándolo una vez más hasta verse cara a cara. Esta alzo su brazo decidida a dar un fuerte golpe, pero Orochimaru la tomo de los hombros aventándola con fuerza lejos de él hasta que Hinata cayó al piso. Salió entre el polvo que su caída provoco y volviendo a atacar, al tocar el suelo con su mano y que una capa de hielo se formara hasta casi alcanzar a Orochimaru.

― Perfecto. Lo empiezas a controlar.

Dijo gustoso el sannin antes de saltar y pararse cerca de ella pero aun así cuidando de tomar una distancia prudente. El sonido de algo grande acercándose no se hizo esperar, siendo provocado por una enorme serpiente saliendo del bosque detrás de Orochimaru.

Esta ataco a Hinata, pero la ojo perla esquivo la mordida y corrió con rapidez encima de la serpiente hasta llegar de nuevo al sannin y darle una patada en su rostro impactándolo en el piso craqueándolo al momento del impacto.

Hinata empezó a dar golpes y zarpazos cuando este estuvo en el suelo con furia, hasta que la serpiente volvió a atacarla. Pero Hinata la miro enojada, por interrumpirla, por lo que no dudo en darle con un firme puñetazo en su boca hasta mandarla lejos. La fuerza de ella era enorme, por lo que sus manos recibían cortes y rasguños que sanaban rápidamente con el chakra del Kyubi.

Orochimaru aprovecho para levantarse y apartarse de ella, ya que la piel de su rostro comenzaba a caerse y a mostrar uno más pálido con unas marcas moradas alrededor de sus ojos.

― Imagina cuando tengas toda la fuerza. Todo el control.

El éxtasis del sannin era enorme. Parecía haber encontrado un tesoro frente a él. Y tal vez así era.

Hinata lo miro con aquellas pupilas rojas que mostraban un odio puro. Comenzó a levantar capas de hielo para intentar darle al sannin pero este esquivaba una a una sin problema. Hinata se arto gruñendo antes de perseguir a este entre el hielo que había.

Orochimaru solo vio un borrón rojo antes de que algo atravesara su abdomen. Bajo la vista sorprendido, viendo como Hinata había atravesado su estómago y como la mano de esta, tenía entre sus garras el pergamino de tierra.

La ojo perla saco la mano tomando el pergamino y provocando que Orochimaru escupiera sangre y cayera al suelo. Hinata tomo el pergamino y lo puso entre sus dientes poniendo sus garras frente a ella dispuesta a atacar de nuevo.

― Eres una salvaje...pero a la vez estas tan consiente de las cosas...es mejor de lo que creí.

La piel del sannin comenzó a caer dándole una nueva forma. Pareciera que este mudaba tal como una serpiente, y le dio un cuerpo nuevo sin heridas.

―Es hora del final Hinata-chan. Esto es aburrido.

Hizo una seña con sus manos volviendo a intentar quitar el sello que restringía a Hinata de sus recuerdos, haciendo que inmediatamente cayera de rodillas por el dolor que había en su cabeza.

Mi Dulce Niña (NaruHina)Where stories live. Discover now