CAPÍTULO 55

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Se estiro con cuidado cuando sintió el rayo de sol filtrarse por la ventana, ya que sentía su cuerpo sumamente cansado y algo adolorido. El día de ayer en el hospital se había sobre esforzado, pero quería ayudar a como diera lugar.

—auch

Se quejo tocando su hombro y masajeándolo levemente.

Aun no quería abrir sus ojos, ya que se encontraban algo resecos por su uso constante del día anterior. Sabía que se despertaría así, por lo que había puesto pastillas para el dolor y gotas para los ojos a lado de su cama. Siempre hacia eso cuando había mucho trabajo en el hospital. Pero ayer hubo más que otras veces; incluso Tsunade había tenido que ir a ayudar.

Pego su rostro a la almohada, pero sabía que, aunque lo intentara, ya no podría volver a conciliar el sueño. Ni siquiera por el cansancio que era más que justificable por el trabajo del día anterior.

Después de todo, dos años con la misma rutina, era algo difícil de cambiar.

Aspiro hondo sintiéndose relajada al momento, provocando que, su ya largo cabello, le hiciera cosquilla en su nariz. Froto sus pies bajo la sabana fresca de esa mañana y decidido que haría unos panqueques para desayunar.

Debo ir por harina

Pensó sentándose y tomando las pastillas y el agua de su buro, tanteando con cuidado de no tirar nada. Las tomo antes de pasar con las gotas, pero estas se cayeron al dejar el vaso con agua.

—Maldición.

Dijo molesta agachándose y palpando el piso. Quería abrir sus ojos, pero sería doloroso, además de que corría el riesgo de que se irritaran, y quedaran algo rojos todo el día. Cosa que, si miraba Tsunade, la mandaría a descansar. Porque ya le había dicho que llevaba días usándolos con demasiada frecuencia. Y en esa ocasión, no quería darle la razón.

―Aquí están.

Dijo triunfante y mientras estaba a punto de tomarlas, escucho una respiración.

Sin pensarlo, lanzo un kunai que estaba debajo de su cama y activo su Byakugan registrando quien se había filtrado en su casa.

Tenía armas debajo de su cama y aunque estaba solo en una delgada blusa de tirante y unos shorts, esperaba no verse vulnerable. Se quedo quieta esperando algún movimiento o ruido que delatara al intruso, pero después de unos minutos se levantó. No había nadie que su Byakugan llegase a detectar, además de que todo estaba en su lugar.

Debí imaginarlo.

Pensó, pasando de esa idea a una queja. Cerro sus ojos los cuales estaban más que irritados, agarro las gotas, y las hecho en sus secas pupilas.

—Espero no lo note.

Se dijo a si misma parpadeando y viendo a su espejo.

Lo dudo

Pensó al ver como la rojez se extendía por todo su parpado y parte de su pupila. Decidió dejarlo por ese momento y cambiarse. Tenía hambre y debía ir pronto al hospital de nuevo. Aun no sabían porque había tantos heridos. Tenía entendido que habían ido a la aldea continua a una investigación, pero varios de los ninjas habían regresado heridos.

――

en el camino, mientras acomodaba su bolso para ir a comprar lo necesario para su desayuno, miro un grupo nuevo de ninjas, no los reconoció por lo que camino con precaución.

― Buen día.

Saludo al pasar mientras los ninjas le dieron una mirada lasciva que la hicieron sentir incomoda.

Mi Dulce Niña (NaruHina)Where stories live. Discover now