CAPITULO 81

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— Quita tus manos de mi hija.

Dijo una suave, pero firme voz, antes de que la antepasada volteara con furia.

— Tú.

Confronto al ver quien la había detenido y toparse con aquellos ojos perla. Pero si se era sincera, no le sorprendía del todo, incluso, una parte de ella sabia que algo así ocurriría.

— Te dije que no te atrevieras a tocarla.

Dijo la voz amenazante ahora, y Hinata a pesar de ello, no pudo percibir un amor mas puro que esa voz ofrecía. Y es que el ver y escucharla era algo que no creía que pudiera pasar de nuevo.

Pero no era así, su mamá estaba frente a ella sosteniendo a su antepasada con una mano evitando que esta pudiera moverse siquiera. Su mirada estaba dirigida con desprecio a la primera Hinata. y a pesar de eso, si Hinata creía que su antepasada parecía un espíritu que venia a ayudarla, su madre se miraba como un ángel de justicia que había venido a protegerla y eso era justo lo que necesitaba en ese momento.

­— Nunca lo entendiste. -Dijo furiosa su antepasada. - pensé que si me acercaba a ti me ayudarías, pero solo lo has complicado todo.

— ¿Enserio crees que te permitiría tomar mi cuerpo o el de mi hija? no sé qué esperabas, pero al menos nunca te dejaría. Mucho menos que usaras a mi hija, por eso te selle, a pesar de que sabía que no sería para siempre.

— Como te atreves a intervenir en esto, el mundo será destruido si tu...

— No me interesa. -Dijo sinceramente Hana. - me interesan mis hijos y su felicidad, y por lo que veo, tu solo has complicado que ellos puedan alcanzarla.

Hana tomo su brazo alzándolo haciendo que, en su mano libre, brillara chakra.

— ¡No te atrevas! ¡No servirá!

— No, pero le dará tiempo a mi hija, y eso es todo lo que necesita.

Hana golpeo el estomago de aquella mujer y esta se inclino con dolor antes de que otro golpe fuera dado por Hana y la sumergiera en el agua, haciendo que el liquido la empezara a envolverla, como si la quisiera atrapar.

— ¡No podrás hacerla huir de su destino!

Grito aquella mujer mirándola con odio, pero Hana solo sonrió.

— El destino no esta escrito, el poder que se nos ha dado de decidir es uno que tu ni nadie puede detener, y por ello, el futuro no esta impuesto, nosotros estamos atados a ningún destino si nosotros no estamos de acuerdo, espero que lo apliques en tu vida, no estas sellada a ningún destino tampoco.

Dijo lo ultimo Hana con cariño antes de que por fin quedaran solas, y una vez que eso sucedió, Hinata pudo hablar aun sin creerlo.

— ¿Ma....mamá?

Hana volteo y se agacho y sonrió antes tomar el rostro de Hinata con cuidado y que los ojos de ambas se llenaran de lágrimas.

—Mi amor, mi Hinata.

Hinata sintió como su mamá limpiaba sus lágrimas, unas que no podían dejar de ceder. Tenerla ahí era un milagro, por lo que se aventó a sus brazos.

— ¡Mamá! ¡Mamí! ¡Mamí!

Grito aferrándose a unos brazos que seguían dando la misma calidez y seguridad que recordaba, haciéndola volver a aquellos días en que lloraba cuando solo era una niña.

— Mi niña ¡Como los he extrañado! ¡Cuánto los amo! ¡Cuánto te amo mi Hinata! ¡por favor perdóname por no estar a tu lado mientras crecías!

Mi Dulce Niña (NaruHina)Where stories live. Discover now