CAPÍTULO 30

3.1K 252 45
                                    

― No te molestes...solo...solo sentí que era lo correcto.

Le pidió Hinata a Naruto mientras caminaban por la vereda que los llevaría a la aldea. Después de que el sapo que había invocado Jiraiya se fuera en busca del pergamino para el contrato con los zorros, Naruto había decidido que el entrenamiento terminara para ese día. El sannin no había dicho nada. Solo asintió dejando que Naruto caminara lejos con Hinata. El rubio quería estar a solas con ella lo más que pudiera intentando que ella le dijera todo lo que pasaba por su mente para haber llegado a esas respuestas.

― No estoy molesto contigo. Es solo que... ―se paró en su andar para mirarla. Tenía miedo, no podía mentirse. No quería perderla, no otra vez. No podría soportarlo. Ella le imito al detenerse queriendo entender que pasaba―... ¿de verdad que lo hiciste solo por impulso? ¿No hay algo más?

Hinata entrecerró sus ojos pensando en cómo expresar algo que ella no entendía ni miraba claramente.

― Puede que haya algo más. ―Hinata intentaba recordar los detalles de ese recuerdo― En el rio, cuando intente mantenerme a flote yo...yo mire una figura en mi mente...no puedo definir bien como o que era... solo sé que era una clase de animal, uno con muchas colas.

Naruto abrió sus ojos preocupado.

― ¿varias colas? ―Quiso confirmar.

― Si...tenía varias. Estaba recostado, como si descansará.... ¿Naruto que pasa?

Naruto tomo su cabello frustrado. El pasado lo estaba alcanzando. No importa cuánto huyera siempre llegaba a él aquel demonio a arruinar todo.

Aun en su cabeza no cabía como siquiera quiso hacerse amigo de él. Como pensó que le estaba ayudando cuando lo único que quería era arruinarlo.

― te llevare a tu casa. ―sentencio tomando a Hinata entre sus brazos.

― Pero...

Naruto no le dio tiempo de contradecirle. Apareció cerca de su casa depositándola en suelo antes de que él se pusiera su máscara.

― Mañana nos vemos.

Fue todo lo que dijo antes de desaparecer.

――

― ¿Por qué estas furioso?

Pregunto Tsunade cuando dejo entrar a Naruto a su casa. Ella y Jiraiya habían comprado unos años atrás. Sabía que habría temporadas en que estarían, por lo que conservarla era necesaria.

― Se lo dijimos.

Hablo Kakashi quien estaba en la sala sentada relajado leyendo su eterno libro naranja, proporcionado por su mismo autor.

― Jiraiya―sama llegara en cualquier momento Naruto―kun.

Le hablo Itachi quien estaba en la mesa tomando un té, al parecer junto a Tsunade ya que había una taza frente a él.

― Bien, necesito hablar con él. Y por su bien espero no le hayan dicho nada.

Naruto se sentó en la mesa intentando calmarse. Tomo del té en la mesa a lo que Tsunade solo volteo sus ojos y fue por otra taza a la cocina.

― Sabes bien que no hemos dicho nada. No desquites con nosotros tu enojo.

Le hablo tranquilamente Itachi intentando calmarlo, aunque sabía que era en vano.

― El Genjutsu está fallando, está viendo cosas y recordando pocas. No me gusta eso.

― Es normal. Ella se está haciendo fuerte Naruto―kun. Pero puede tener destellos pero sus recuerdos están sellados aun.

Naruto se permitió respirar un poco más calmado. Itachi tenía razón. Era normal, aun no había de que preocuparse.

― Bien Naruto, hablemos.

Entro Jiraiya tranquilo sentándose en la sala. Kakashi cerró su libro y se puso alerta. Lo mejor era que las cosas se mantuvieran tranquilas por el bien de todos.

― ¿a qué está jugando Ero-sennin? ¿Para eso quería entrenarla? No sabe lo que paso y no tienen derecho a decidir.

― No sé qué paso, porque no me lo has dicho, no porque no lo comprenda o no me interese. Me has ocultado todo este tiempo que paso antes de que llegáramos a ayudar cuando casi se destruyó la aldea porque perdiste el control. Y por esa razón pudieron hacer contigo lo que fuera Naruto.

― ¡Perdí el puto control ese día por ese maldito clan! ―Naruto se levantó de la silla derrumbándola― ¡No voy a entrar en detalles porque soy capaz de ir a matar a la mierda de líderes que tenemos y a todo el que se interponga en mi camino! ¡No soy el jodido niño estúpido de ese entonces! ¡No me van a volver a manejar! ¡No la van a volver a usar en mi contra porque los matare sin dudarlo!

La habitación se quedó en total silencio. Jiraiya miraba como las pupilas de Naruto se rasgaban y se volvían carmesí. Su respiración era acelerada y pesada.

― Sabes que lo que se viene no es fácil. Van a venir tras de ti Naruto. ―Le recordó Jiraiya― Son una organización poderosa. Si saben tu punto débil te atacaran por ahí. Ese punto es Hinata. Necesita todo el poder. No podrás estar siempre con ella.

― ¿Cree que no lo sé? ¿Enserio piensa que no temo el día en que se entere de todo y decida alejarme?

― Recordar la hará más fuerte Naruto. ―le aseguro Kakashi.

― No.

Sentencio el rubio mientras Tsunade se paraba por más te.

― No la puedes tener en las sombras siempre Naruto―kun. Ella algún día recordara todo. Ya sea en partes o completo. Es mejor prepararla a que todo sea de golpe.

― Lo haré lo más que pueda. Ella no tiene que saber nada. Y eso de los zorros lo cancela. ―se dirigió a Jiraiya― Ella no necesita eso. No ahora. Y si lo necesita será a Katsuyu.

― Ella ya eligió. Debes dejarla decidir.

― No la voy a perder. No de nuevo. Sé que me odiara Ero-sennin. Me suplico e imploro ese día. Me pidió que no la apartara de lo único que la hacía feliz...que era yo. ―por fin las pupilas de Naruto volvieron a su color normal. Recodar aquel rostro de dolor en Hinata son de las cosa que lo mataron por dentro― me dijo que me odiaría cuando lo supiera. Me lo juro Ero-sennin. Ella es como yo. Ella no rompe sus promesas.

La rubia entrecerró sus ojos con comprensión al ver el porqué de su furia.

― Esa niña te ama Naruto ―hablo Tsunade sentándose y cruzando sus brazos con una mirada decidida en su rostro― Solo debes ver cómo te mira. No es capaz de odiarte. Pero si es como Hana, lo que no dudo, ella no soportara la mentira.

― Es por su bien.

― Algo me dice que debes dejarla aprender esto Naruto. Déjala hacerse fuerte, su seguridad es primero. Tenerla con vida es mi objetivo Naruto, el tuyo también. A cualquier costo.

Naruto miro su máscara que reposaba en la mesa junto a su te ya frio

― Aun a costa de mí.

Dijo sentenciando un futuro que no podía evitar y esperando un pasado que no tardaba en alcanzarlo. Pero si eso era el costo por mantenerla a salvo lo pagaría.

Mi Dulce Niña (NaruHina)Where stories live. Discover now