CAPÍTULO 75

992 90 5
                                    

Varios árboles se cernían sobre ella, miro como había humo en el cielo y explosiones a su alrededor. Estaba herida y su cuerpo lastimado. Apenas tenía trece años y no podía controlar todo el poder de Kōri, eso le había cobrado factura a su inexperto cuerpo. Con dolor y esfuerzo, se levantó del lugar, sabia a donde debía ir, su corazón se lo decía.

— ¡Si debes huir! ¡Huiras! ¿¡Escuchaste!?

El grito resonó en su cabeza dejándola aturdida y haciéndola caer de rodillas. Con lágrimas en los ojos, intento en vano acallarlo tapando sus oídos, pero aquella fuerte voz, estaba en su interior. Era su maestra, su antepasada.

— No...no puedo hacerlo ¡No puedo dejarlo!

Grito en llanto cuando sintió como intentaba apoderarse de su cuerpo para que se moviera.

— ¡El solo es un peón en esta guerra! ¡Solo eso!

­— No...no por favor...lo amo...por favor no lo hagas.

De repente, la escena cambio, pero, aun así, tenían bastantes similitudes. Aunque en este recuerdo no había árboles, si no un campo en guerra. Varios iban contra ella, pero sus zorros estaban de su lado ayudando, combatiendo a su lado.

Y podía sentir como él, estaba cerca. Indra iba directo a ella, y sabia su debilidad, siempre lo supo. Intento buscar su chakra entre esa multitud, pero sintió como aquella persona que amaba, su debilidad iba a Indra.

— ¡No!

Grito en preocupación por su vida, pero en eso escucho el grito de Hinata en su interior.

— ¡Debes ganar esta guerra! ¡Si él debe morir! ¡morirá!

— ¡No! ¡No lo entiendes!

— ¡Lo hago más de que crees! ¡Solo sigue!

Aquella chica ojos perla, desobedeció esa orden y fue directo a enfrentar a Indra, debía seguir, pero de repente ya no podía moverse.

— Por favor, no...

Susurro cuando sintió que su cuerpo ya no estaba en su control. Nunca lo estuvo.

¡Hinata-sama! ¡Debe despertar!

Hinata se levantó con un sobresalto por el grito de Kōri, y el movimiento que Yuki hizo. Escucho una explosión antes de incorporarse rápidamente en alerta.

Miro que había humo en aldea, antes de volver a sentir un estruendo en el suelo, y fue cuando noto que no estaba sola, Tsunade estaba parada contemplando el desastre en que la aldea se estaba convirtiendo.

— Tsunade-sama ¿Qué...?

No pudo terminar cuando unos ninjas llegaron a su oficina.

— Hokage-sama, se detectó un intruso, pero el escuadrón fue atacado y derrotado, solo uno pudo escapar para alertar.

— Hokage-sama, el equipo de análisis informa que el enemigo cuenta con la fuerza de tres batallones.

Hinata escucho asustada el informe antes de entender quien había sido capaz de hacer semejante acto de día en la aldea.

— Akatsuki.

Dijo Hinata con convicción. Tsunade siguió sin moverse a pesar de lo que informaban, pero no hacía falta decir más.

Mi Dulce Niña (NaruHina)Where stories live. Discover now