Mi Dulce Niña (NaruHina)

CAPÍTULO 98

Un palpitar. Eso fue lo que escucho antes de darse cuenta de que estaba pasando. Fue un sonido ligero, y de repente fue ensordecedor en su cabeza. Podía escuchar como aquel corazón que no debía existir, comenzaba a latir con una fuerza abrazadora.

Y de repente solo lo sintió.

Sabía que era imposible, pero sus oídos y aquella conexión no podían mentir. Sintió como algo la halaba a la aldea. Hasta que de repente miro como un hilo tan fino y delgado se tensó de ella hacia más allá de donde estaban.

—I...Itachi-nichan...

Apenas pudo susurrar antes de que alguien la tomara y cuando enfoco sus sentidos, solo se percató que estaba en el cielo y estaba cayendo. Pero no le importo, porque sabía quién estaba con ella. El sol de ese día le nublo la vista por segundos antes de ver aquellos ojos azules.

— ¡Naruto!

Grito con todas sus fuerzas por la felicidad que le embargo al verlo con vida.

—Mi Hina...Vayamos más alto.

Dijo Naruto lanzando su kunai con todas sus fuerzas hacia arriba. Ella grito, pero con una emoción que movió todas las emociones de Naruto, porque hacía años que no escuchaba esos sonidos de felicidad en ella.

Y sin esperarlo, ella lo tomo su rostro antes de darle un profundo beso. Por primera vez en su vida, no les importo quien los podía verlos porque nadie podía separarlos después de esa experiencia de perderse uno al otro.

—te amo, te amo, te amo, perdóname.

Le dijo Hinata aun llorando.

—No tengo nada que perdonarte. No importa que hagas, yo siempre te voy amar.

—Lo se. Naruto lo se ahora. No dudare de tu amor nunca más. Te lo prometo.

Naruto la abrazo sintiendo que por fin había hecho algo bien y que cada uno de sus tormentos habían valido la pena para llegar adonde ahora estaba.

—Vi...vi a mi mamá.

Le dijo Hinata llamando su atención antes de separarse un poco de ella.

—Yo también la vi de nuevo. Y a mis papás de hecho, platicamos y les hable de ti y ellos ya te aman. Además, mi tía nos dio el empujón que necesitábamos para pasar a este mundo de nuevo. Me dijo que estaba orgullosa de quien era. Que su mejor decisión fue darte a mí. Le pedí que no dejara de cuidarte nunca.

— ¿Necesitabamos? Eso significa que Kurama...

— El tambien volvió...y ya le pide una disculpa. Yo tambien no me preste para hablar. El odio me embargo. Pero a diferencia de ti, yo no me libre tan fácil de el.

— Eso me alegra tanto. Y mas que mi madre...ella te ayudo a traerte...ella...

—Siempre velo por nosotros.

—También lo sé todo. Ella me lo mostro. Miré el porqué de ese día...todo fue mi culpa, debí escucharte, debí haberte dado la oportunidad de decirme que paso.

—Nunca hubiera querido que eso volviera a tu memoria, jamás me perdone por ello. Debí confiar en ti en su momento. Siempre te he visto como alguien a quien debo cuidar, pero no he querido ver que tú también eres fuerte. Realmente fuerte, mucho más que yo...por eso prometo confiar más en ti.

—No me vuelvas a dejar por favor. Nunca.

—Te lo prometo.

Le dijo seguro que jamás lo haría. Así el volviera a morir, haría lo posible por volver a ella.