CAPÍTULO 92

612 66 11
                                    

Hinata de tan solo seis años miraba el cielo azul. Había pasado al siguiente año de la academia, y estaban en su receso. Se quedo un rato contemplando las nubes y lo claro que el cielo estaba.

El azul...es mi color favorito.

Se dijo a sí misma. Siempre que miraba el cielo se tranquilizaba y le hacía sentirse en calma. Alzo su mano queriendo por alguna extraña razón tocarlo.

Volar. Quisiera volar.

Se imagino que sería divertido hacerlo. Pero entonces alguien la empujo de repente haciéndola caer.

- Fíjate tonta.

Le dijo un niño antes de seguir jugando. Hinata solo hizo una mueca por el dolor de su rodilla raspada.

- No le haga caso Hinata-sama, me hare cargo de el en el entrenamiento.

Se acerco Neji a ayudarle a levantarse.

- Esta bien Neji-kun, solo ignorémoslo.

Dijo con calma antes de sacudirse y solo irse asentar.

--

Aquel niño salió como si nada a su casa. Quería ir por unas cosas e ir al bosque a quemar uno que otro animal. Corrió dejando a los demás atrás, pero entonces alguien apareció enfrente, provocando que se impactara en él.

- Oye ¿Qué te pasa idiota?

Alzo su mirada y se topó con una máscara de zorro. Pudo reconocer que era un Ambu. Le extraño ver a uno cerca. Por lo general se mantenían en la sombra.

- ¿Qué? ¿Esa mascara no te deja ver?

Reto el niño levantándose, pero una patada lo hizo volver al piso.

- ¡Oye!

Grito enojado, pero se calló al instante. Porque una espada apuntaba directo a su rostro.

- Pe....pero...es...espera...

- Si veo que tus ojos se posan en ella siquiera, te matare.

Dijo la voz en un tono neutral, como si lo que acabase de decir fuera cualquier cosa y no una amenaza de una muerte segura.

- ¿A....a quién?

- A la niña que empujaste hace rato. Lo hiciste a propósito. Puedo ver que te gusta mocoso.

- No...no es cierto...ella no...

- Pues déjalo en claro. Ni siquiera la voltees a ver o te arrancare los ojos también. Tu decide, es la única advertencia.

El niño asintió rápidamente y la espada fue retirada.

- Corre.

Le dijo el Ambu y este así lo hizo. Corrió gritando asustado. El Ambu solo desapareció de ahí. Quería ver si ella había llegado bien a su casa.

--

Los meses siguieron pasando y Hinata fue creciendo. Pero a pesar de todo, ella había sido excluida de su clan. Muchos no le hablaban o le ignoraban. Incluso la habían dejado ir a la academia al decir que no valía la pena entrenarla si no era alguien fuerte.

Por eso estaba ese día sola en la entrada de la escuela esperando a que fueran por ella. Pero al parecer la habían olvidado otra vez. Neji se había quedado ese día en casa porque se sentía enfermo. Insistió en ir, pero Hinata lo había convencido de que se quedara a descansar.

Abrazo sus rodillas y recargo su rostro en ellas. Intento no llorar, pero era difícil. A veces no podía evitar sentirse sola. Simplemente sentía que a nadie le importaba. Y la única persona que la amaba ya no estaba en ese lugar.

Mi Dulce Niña (NaruHina)Where stories live. Discover now