Mi Dulce Niña (NaruHina)

CAPÍTULO 7

― Muchas gracias por todo.

Se despidió el anciano dueño de la casa, después de que el equipo de Naruto hubiera terminado todos los pendientes.

― No hay problema, fue todo un placer. ―les dijo Naruto dando una reverencia con sus alumnos― ¿Verdad Sasuke?

El nombrado sintió como sus facciones se resistían a relajarse, por lo que el sonreír fue muy difícil, más de lo que creía.

Más vale que valga la pena.

Pensó al sentir sus dientes descubiertos, antes de escuchar la risa de Naruto y su equipo.

― sí, lo fue.

Dijo molesto retirándose del lugar.

―No fue tan malo Sasuke.

― ¡fue estúpido! ¿¡No sé en qué me ayudara eso!?

Naruto rio de nuevo antes de adelantarse a ellos.

― No lo sé. Pero un trato es un trato, los veo a las tres en el campo de entrenamiento número siete.

Y desapareció otra vez.

― No me gusta que haga eso. ―dijo Neji. En realidad, no le gustaba mucho su Sensei. No tenía muy buen presentimiento sobre él.

― A mí él no me agrada, pero si me hará fuerte, no me importa.

Afirmo Sasuke. Hinata por su lado no dejaba de pensar en su Sensei y el Ambu. Debían ser el mismo, no había duda. Pero le gustaría que se lo confirmara. Era demasiada coincidencia para ser verdad.

Esa noche había salido para toparse con él. Tal vez era una idea absurda ya que hacía cuatro años que aquel Ambu no se presentaba ante ella. Y esa noche no fue la excepción. Pero debía hablar con su Sensei. Tal vez le daría alguna respuesta.

――

― La tratas como una niña...

Dijo Sasuke viendo como Neji arrancaba una flor blanca. Le extraño su comportamiento, pero cuando miro que se acercó a una Hinata dormida y recargada en el árbol tras de ellos, confirmo que siempre estaba cerca de ella, demasiado al pendiente.

― Es una niña. ―contesto terminando de ponerla en su oído derecho

― Es un ninja.

Le dijo Sasuke mientras permanecía sentado en una piedra cerca de Hinata.

― Soy de la segunda rama, y tal vez no lo sepas, pero mi deber es protegerla.

Neji fue a sentarse el otro lado de Hinata mientras veía el campo. Se tomaba muy enserio ese deber.

― Pero no sobreprotegerla. Además, porque duerme, no es que hubiera hecho mucho hoy en la misión.

― Anoche entrenamos y ella dio un paseo nocturno.

― ¿paseo nocturno? ―pregunto extrañado Sasuke.

―A ella le gusta salir de noche. Es algo que mi tía hacia desde que estuvo embarazada de ella. Me imagino que lo hace por costumbre. Ese es el único momento en que la dejo sola.

Miro el cariño con el que lo decía, y Sasuke pensó en su hermano, que desde que él era un niño siempre ha estado al pendiente de él. Pero la comparación insistente de su padre entre Itachi y el, le había dado cierto rencor por ello y de ahí su deseo de demostrar lo contrario. Pero a pesar de todo, Itachi lo trataba con calidez.

Miro hacia Hinata curioso por la tranquilidad con la que parecía dormir. Noto como las sombras de las hojas adornaban su piel de porcelana. El viento soplo moviendo su cabello haciendo que pareciera una muñeca dormida.