CAPÍTULO 60

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— ¡Hinata!

La voz de Naruto se escuchó, dejando sorprendido a Sasuke y Neji, quien no creyeron que lo verían en ese momento, pero dejando aliviado a Itachi, porque en el momento que se escuchó su voz, Hinata comenzó a calmarse rápidamente, dejando que aquel manto de chakra se fuera disminuyendo, dejando salir y tranquilizar a Kōri de su descontrol.

De la nada, Naruto apareció frente a ella, pero con su máscara puesta. Algo débil, pero aún muy sorprendida, no pudo apartar la mirada de Naruto. Poco a poco fue cayendo al suelo, donde el susano de Itachi la fue depositando con cuidado.

— Na...Naruto.

— ¿Estas bien?

Le preguntó acercándose, pero cuidando de no hacerlo mucho. Se agachó para verla más de cerca. Hinata había olvidado muchas cosas. En ese momento, tenía dispersos sus pensamientos por todas partes, pero ver a Naruto frente a ella, le dio una paz que hacía mucho tiempo no sentía.

— Si...creo que sí.

La mano de Naruto se fue acercando con cuidado, y Hinata no sabía si detenerlo o acercarse aún más, porque su piel ansiaba aquel contacto, pero Naruto se movió con rapidez para detener otro golpe de la espada de Oruchimaru, que iba contra ellos.

Con sus manos logro desviar aquel potente impacto a un lado enterrándolo en tierra.

— Oruchimaru, te dije que la próxima vez no escaparías, y yo nunca rompo mis promesas.

Saco su espada con su mano izquierda, antes de envolverla en su chakra y con un fuerte impacto, logrando cortar la espada de Oruchimaru. El Sannin lo miro con furia, pero Naruto no dudó en tomar lo que quedaba de su espada, que seguía conectada a su boca y con impulso y una fuerza terrible, logro levantarlo antes de azotarlo al suelo, provocando que viento y hojas volaran alrededor, y volviendo a repetirlo dos veces más.

Hinata aun continuaba en estado de shock por la repentina aparición de Naruto. Además de la sensación de hormigueo en su cuerpo. Lo sentía adolorido, recordaba haber atacado a Oruchimaru y de repente todo estaba en blanco.

— Kōri. Kōri ¿estás bien?

— Hinata-sama sí, estoy bien ¿usted?

— Si... ¿sabes qué pasó?

— Hinata-sama...es mejor que no se preocupe por eso. Yo la defenderé, pero por favor, debe tener cuidado con sus emociones, yo soy el reflejo de estas. A diferencia de los demás Bijus, usted y yo tenemos una conexión más allá. Existo por usted y para usted, a donde su corazón se incline, me inclinare yo. Usted es responsable de mí y mi poder. Pero su cuerpo aun no resiste eso.

— Lo...lo siento. No lo sabía...yo no sé porque perdí el control...solo mis emociones me dominaron.

— Hinata.

El llamado de Naruto la sacó de su conversación mental con Kōri, y se enfocó en aquella mascara que solo podía ver de lado. Sabía que estaba alerta para que Oruchimaru no lo tomara por sorpresa otra vez.

— Ven aquí, te llevare devuelta a la aldea.

— ¿Qué? No...no puedes llevarme solo así ¡No quiero que te acerques!

Le ordenó cuando el rubio, iba dispuesto a tomarla, pero se frenó en seco con su grito. Incluso a ella le sorprendió. Y más porque en ese momento, sus sentimientos eran tan contradictorios. Pero solo escucho el susurro de Kōri diciendo que se controlara.

­— Dame una buena razón para no llevarte entonces. Porque quieras o no, lo hare si no la hay.

Hinata intentaba calmarse. Tener a Naruto cerca no le ayudaba, pero sabía que debía hacerlo. su cuerpo y corazón adoloridos tampoco eran de ayuda, pero decidió concentrarse en algo más, justo como había hecho esos últimos dos años.

Mi Dulce Niña (NaruHina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora