Mi Dulce Niña (NaruHina)

CAPÍTULO 74

Dos horas más habían pasado, y aunque el frio había aumentado debido a la gran cantidad de chakra que salía de Hinata, la tarea de los demás no se detuvo. Y menos, cuando por fin lograban ver una luz al final de ese oscuro túnel.

— Tsunade-sama...

Dijo con alegría uno de los médicos al ver que las hemorragias se habían detenido y por fin la salud de Jiraiya era inclinada con más fuerza a la vida.

­— Lo veo...gracias...

Susurro la rubia con un profundo alivio y mirando a Hinata quien continuaba estática. No se había movido ni un centímetro en todo ese tiempo, a excepción de su cabello que aún se elevaba un poco. Tampoco había temblado ni un poco, a pesar del tiempo que llevaba en esa posición que debía admitir, podía ser muy cansada.

Todos pararon por fin a excepción de la ojo perla, por lo que Tsunade se levantó y camino hacia ella quien aún seguía en su labor de curar a Jiraiya, pero la Hokage noto que era demasiado. Además de que ya todo estaba bien con su esposo, al menos para que el sobreviviera. No sabía aun los efectos que podía tener usar esa cantidad de chakra en su cuerpo y no iba a arriesgarse más.

— Hinata...

Llamo con delicadeza antes de agacharse un poco. Pero al no ver reacción de la pelinegra, solo poso su mano en su hombro. Eso pareció hacerla reaccionar porque parpadeo dejando que su cuerpo saliera de aquel trance y el chakra azul dejara de emanar por fin.

Respiro agitada, como si hubiera corrido una larga carrera, provocando que su cuerpo se cubriera de sudor a pesar del frio en la habitación.

— Tsu...Tsunade-sama, Jiraiya-Sensei...

— Gracias...gracias por todo Hinata...mi querida nieta...

Dijo Tsunade abrazando a la cansada ojo perla, pero aun así Hinata se aferró a aquel abrazo con alivio y con lágrimas en los ojos al saber que lo había logrado, haciendo que fuera más fácil ignorar el dolor de como si cientos de agujas atravesaran su cuerpo.

— Hinata...Hinata ¿Qué pasa?

Pregunto con preocupación Tsunade al ver que Hinata no podía incorporarse.

— so...solo deme...un segundo.

Pidió Hinata apretando la ropa de Tsunade intentando no gritar por el dolor en su cuerpo. Si lo hacía definitivamente la Sannin la reprendería y no tenía tiempo para eso. Aun había mucho que hacer, porque tenía el presentimiento de que algo malo ocurriría.

——

— tus redes de chakra están casi destrozadas.

Anuncio Tsunade quitando su mano del cuerpo de Hinata. Pero al ver la reacción tranquila de la ojo perla la hizo darse cuenta que era algo que ya parecía saber.

— Estaré bien.

Dijo simplemente sentándose y haciendo una mueca por el dolor que aun persistía y parecía no querer disminuir.

— ¿Qué fue lo que te hiciste?

— Nada que deba preocuparla Tsunade-sama. Lo importante es Jiraiya-Sensei.

— No. Porque también lo es tu bienestar. Por eso Jiraiya esta postrado en esa camilla.

Hinata la miro confundida, antes de entender que Jiraiya también la miraba con cariño, por eso su reacción cuando la miro por primera vez. Cerro los ojos y supo que había hecho lo correcto a pesar de las reprimendas de Tsunade.

— Por eso mismo, y con mayor razón debo estar bien, pero también debía salvar su vida.

— ¡Pero no a costa de la tuya! ¡Nunca nos lo hubiéramos perdonado!