CAPÍTULO 31

3.1K 249 50
                                    

― ¿Qué haces Naruto-kun?

Pregunto una Hinata de seis años. Se había escapado esa tarde de sus cuidadores. Había ido a la casa de Naruto que estaba en medio del bosque alrededor de la aldea. El camino tenia trampas que la mantenían a salvo hasta que llegaba a su casa. Se reunían una vez al día hasta la noche que Naruto se colaba por su ventana para dormir junto a ella.

Esa tarde Hinata no pudo resistirlo y había decidido que quería verlo. Pero no esperaba encontrarlo en el patio de su casa meditando.

El volteo sorprendido pero iluminando su rostro con una sonrisa.

― Hina-chan

Ella se acercó curiosa y sentándose a su lado imito su posición.

― ¿Que haces Naruto-kun?

― Meditaba dattebayo. Mi tía me enseñó a hacerlo desde hace años para mantener tranquilo al Kyubi. Pero hoy...hoy fue diferente.

― ¿Por qué fue diferente?

Pregunto recargando su cabeza en su brazo. Ella sabía de aquel animal que habitaba en Naruto. Él nunca se lo oculto. Todo lo contrario. Le había platicado todo, desde el control que debe tener para no liberarlo, hasta los intentos que hace por controlar su chakra.

― Esta vez hable con él.

― ¿El habla?

― Si...está encerrado en mi interior, pero puedo hablar con él si me concentro. Dice que su nombre es Kurama ¿Puedes creerlo dattebayo? Él tiene nombre.

Hinata estaba sorprendida tanto como Naruto. Ninguno sabía que aquel animal tuviera conciencia mucho menos voz o nombre.

― ¿Kurama?

― Si, me dijo que aún soy joven para soportar su chakra, que me lo dará cuando crezca más o cuando lo necesite. Me ayudara, dice que es porque debo protegerte.

― ¿A mí? ¿Él sabe de mí?

Naruto asintió emocionado. Pensar que ahora tenía el poder necesario para mantener a Hinata a su lado sin miedo a que la arrebataran de su lado, era lo que siempre había soñado.

― Dijo que puede ver destellos de mi vida. Sabe lo que siento por ti. Dice que me ayudara. Podremos escapar Hina-chan.

― Pero Naruto...mi hermana... mi aldea... mamá creció aquí. Yo no...

Sus ojos se llenaron de lágrimas temiendo dejar todo pero a la vez queriendo estar con Naruto libremente.

― Hina... pero... este lugar... ―Naruto la tomo entre sus brazos arrullándola como solía hacer cuando estaba triste.― si no fuera por tu papá.

― Lo sé. Es culpa de él. Pero no puedo dejar a Hanabi. Mamá dio su vida por ella. No puedo irme así. Este es nuestro hogar Naruto-kun. Aquí quiero crecer. Así como tus papás y mi madre...así como tú. No es justo.

Naruto entendió que llevarse a Hinata de la aldea era arrancar una parte importante de ella. Debía ser paciente. Cuando creciera podría cambiar las cosas. Cuando se hiciera Hokage cambiaria las reglas de la aldea. Después de eso nadie la apartaría de él. Con la ayuda de Kurama podría protegerla hasta que eso pasara.

― Esta bien. Estaremos bien Hina. Todo estará bien. Además de Itachi-nichan y Kakashi-nichan ahora tenemos a un aliado más dattebayo.

Mi Dulce Niña (NaruHina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora