Mi Dulce Niña (NaruHina)

CAPÍTULO 58

— No debe enterarse de esto

Dijo Tsunade a Itachi, mientras ella revisaba el cuerpo inconsciente de Hinata. En cambio, el Uchiha, miraba el lugar y la imagen abrumadora que había.
Lo que debía ser dos cuerpos, fueron convertidos en varias partes regadas por el bosque. Los de la estación, apenas habían logrado armar a uno, pero del otro, no encontraban su cabeza por ningún lado.

— Tsunade-sama, Esto se saliendo de control, debemos decirle.

Pidió Itachi preocupado, mientras se agachaba con ella. Había escuchado un gruñido feroz. justo como el de hacía casi ocho años. Su piel aún se enchinaba al recordar esa sensación. Era la misma de esa noche. Pero en lugar de la masacre de un clan, había sido solo de dos enemigos.

— Ella no lo aceptara, aun no lo perdona y dudo que lo haga pronto...y siendo sincera, no se que podría hacer él. En este momento está muy ocupado capturando lo que queda de esa organización.

— Pero debemos...

— Es una orden Itachi. No lo abrumemos más...por favor. —Concluyo la Sannin mientras el brillo verde en sus manos ceso, y sin dejar de pensar en que era lo mejor tanto para Naruto como Hinata. — Ella está bien. Débil pero su cuerpo está en perfecto estado.

Suspiro aliviada y quitando el cabello de la frente de Hinata. Puede que esa entidad no fuese la más confiable. Y miro el lugar donde los demás ninjas reunían poco a poco, las partes de los cuerpos. Se dio cuenta entonces de que, a pesar de eso, y aunque no le tranquilizaba del todo, no podía remover mucho el asunto.

Porque lo que fuese eso, estaba protegiendo a Hinata.

——

— Me precupe mucho. Pense que te habia perdido, por favor no vuelvas a ponerte en peligro.

Fue lo primero que le dijo Hanabi en cuanto la miro, justo antes de que la abrazara y con lagrimas en los ojos le pidiera quedarse a dormir con ella esa noche. No se habia podido negar, por lo que aun permanecia acariciando la espalda de Hanabi y tarareaba alguna canción de cuna.

Queria estar un rato sola. Acababa de salir del hospital, después de dos días internada -claramente obligada por Tsunade e Itachi- quería tranquilizarse, pero su hermana estaba primero.

Y es que no queria platicarle mucho, ya que ella no lo tenia muy claro. Tsunade e Itachi le habían dicho que ellos huyeron y aun no daban con su paradero, pero no debia preocuparse, ellos ya no la molestarían. Al parecer ambos estaban preocupados de contarle la verdad. Y es que ella sabia que ellos no habían huido. Kori estaba furiosa, ella sintió en su cuerpo como el frio de esa furia recorria su sangre.

Ambas estaban muy conectadas. Kori los habia matado. No sabia como, pero sabia que ellos ya no estaban vivos, aquellos flashes de ellos siendo atacados, no eran un sueño, era una realidad.

Por eso, aunque le insistieron que se fuera con Tsunade a quedar unas semanas, ella decidio que no.

Despues de todo, sabía que estaría bien. Kōri le había ayudado a que aquellos dos, no se la llevaran. Y confiaba plenamente en que lo volvería a hacerlo si algo así volvía a pasar.

Ahora era kori la única que la cuidaba. En ningún momento el llego por ella. Y no sabia si estaba bien o no con eso. Pero tenia mas cosas por las que preocuparse, que su decepcionado corazón.

Como por ejemplo, de donde provenían aquellos recuerdos que aun le provocaban dolor de cabeza o si estos eran reales. Pero la sensacion de miedo en su cuerpo, le decía que eran mas que un solo sueño. Era una verdadera pesadilla.

Sobre todo por aquellos gritos, aquellas garras, y el despiadado fuego. Aunque lo que mas le confirmaba todo, eran aquellas horribles palabras que no dejaban de resonar en su cabeza, con aquella voz que no sabia de donde provenia.