|enenínta éna|

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Capítulo novegésimo primero
¿Nerviosos, novatos?
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J O S E P H

¿Saben qué fue lo más divertido de entrar a la escuela el lunes?

Que el domingo aún no teníamos nada. Ni los libros, ni libretas, ni carpetas, nada. Nuestros útiles se habían quedado en nuestros casilleros de Belcourt, así que ojalá estuvieran descansando en paz.

Entre Ares y yo solo teníamos dos paquetes de lápices de dibujo, blocs y colores profesionales. Cosas que obviamente no podíamos llevar a la preparatoria.

Jass dijo que tenía un lápiz mordido en su mochila si lo queríamos, pero mi papá la miró raro. Y eso que el que no suele captar cuando es chiste soy yo.

Ah, por cierto, de por sí las cosas estaban raras con Jass. Bueno, ella se sentía rara.

No físicamente, no se espanten.

Si no que Brandon y Hannah se fueron el sábado y ella no alcanzó vuelo hasta el domingo, y aunque le daba pena, pasó esa noche todavía con nosotros.
Y siguió pasando casi todo el día, ya que estaba lloviendo muy fuerte y su vuelo no hacía más que atrasarse.

Terminó saliendo cerca de las cinco de la tarde cuando se iba a ir a las nueve de la mañana.

Pero bueno, creo que me estoy adelantando algo. Como siempre.

El sábado por la mañana amanecimos con la casa llena aún, porque digamos hubo una pijamada masiva.

Como todos sabemos, aunque no fue de la forma que se esperaba, salimos victoriosos del juicio en contra de James Donnovan, y estábamos felices. Además de que era cumpleaños de Hannah, así que había más que excusas para celebrar.

Bueno, a mi papá ya le estaba gustando otra vez eso de las reuniones familiares y demás. Así que bueno, hubo mucha gente en la casa ese día.

Prácticamente todos los que estuvieron presentes en el juicio (de nuestro lado, obvio, aunque mi papá dijo que estaba que le ponía un altar a Kendra en la entrada de la casa) y uno que otro agregado.

Pero quién sabe, de repente en la mesa del comedor, los viejitos, o bueno, los adultos, terminaron bebiendo lo suficiente para que no fuera recomendable conducir.

Menos mi tía Sarah, sí.

Mi tía era todo un tema. Y la verdad me desviaría demasiado y no viene al caso en estos momentos.

Mientras que con la descendencia de los que estaban pasados de copas (o de botellas de cerveza, en ese caso), uno que otro estaba tomado pero nada grave.

Ares sólo tenía permitido o una cerveza o una copa y solo una vez a la semana, por el montón de pastillas que tomaba, y solo se tomó la cerveza que debía. Michelle es la palabra fitness andando así que no quiso como es evidente, nunca había bebido absolutamente nada, mientras que Adam tomó las suficientes para estar lo llamado "alegre" y dar más risa de lo común, Daniel sí se pasó un poquito pero no estaba en la etapa en la que quería pelear con todos de forma agresiva / dolido/ sensible (o sea, muy, muy, muy ebrio) y, pues a mí no me gusta la cerveza, y me dio flojera bajar a la cava por alguna botella de vino así que me quedé sobrio.

Luego estaba mi hermoso tesoro el cual su hermana se llevó antes de que pudiera beber lo que fuera. Ya que, bueno, en todo su plan armado en teoría ya deberían haber llegado a su casa.

La conocí. Bueno, la vi de lejos. Geovanni hablaba mucho de Vanessa y de lo bien que se llevaban e intercambiaban favores, pero pues creo que no debo aclarar que yo no conocía a su familia.
Tampoco era de publicar cosas y fotos con su familia, así que ni por ahí podía conocerles.
Así que cuando salí a despedirlo y acompañarlo a la salida me puse algo feliz de no sé, al menos ponerle cara a la Vanessa que imaginaba cuando Geovanni me contaba cosas de ella.

Phantasy // COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora