|saránta|

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Capítulo cuadragésimo
De Heathers

-Ese momento fue de miradas. La de él llena de odio, otras de asombro, aquélla enojada... temí por ella. Desde ese momento lo vi diferente. Lo malo que podía llegar a ser.

A lo mejor fue un segundo o un minuto, pero el silencio estuvo acompañado de gritos ahogados y bocas abiertas.

Después de gritos.

Y luego de un "¡Uuuuuh!" cuando James Donnovan salió por la puerta con el desayuno en la mano.

Pero Scott y Ares estaban ajenos a ello. Después de separarse por primera vez, él quitó las manos de la cintura de la rubia para tomarle la mandíbula y besarla a como estaban acostumbrados.

Anthony les siseó a un lado de ellos, no quería que se pusieran más afectivos con toda la escuela mirando. ¿Pero lo escucharon? No.

En nada Scott ya había vuelto a tomarle la cintura y abrazarla por ahí, así como ella le había enredado los dedos en los rizos como se le había hecho costumbre, su equivalente a las manos de Scott en su cintura.

Después de ese beso, le siguieron algunos piquitos. Los gritos seguían.

Scott le dio un beso en la mejilla, y después la abrazó.

Ares adoraba la sensación de que todo estaba bien.

Respiró profundamente, y tal vez fue la adrenalina del momento, que estaba harta de que hablaran a sus espaldas, que la subestimaran y que la creyeran su pendeja, o la bestia que despertaba en su interior, pero Ares Stone se puso de pie en un asiento de la mesa, y sonrió ante todos que aún la miraban expectante.

Sacó ambos dedos.

-¡Voy a hacer una película! ¿Qué tal su día?

Después sonrió de aquélla manera, en la que la intención en sí no era sonreír. La que le dedicó a Danielle, la que le daba a Kendra cuando se atrevía a responderle y a cualquiera que se metiera con ella.

Tomó asiento. Los tres chicos la miraban sorprendidos. Daniel no tenía idea, y eso que era la película de su padre.

-¿Qué?- musitó Scott, rodeándole los hombros.

-Voy a ser Regina jóven- habló, como si no se lo creyera, con la mirada soñadora y el color en sus mejillas.

Anthony soltó un gritito.

Solecito a Hollywood!

-Okay, él no me dijo nada... y... ¡wow!

Daniel se lanzó a abrazarla.

-Danielito, ¿estás llorando?- murmuró ella.

-Es que estoy muy feliz por ti- le respondió el Gilmore de la misma manera, entonces Ares no tuvo duda: Daniel estaba llorando. Se soltó del agarre de Scott para abrazarlo debidamente.

-Sí, pero no estás llorando por mí- le dijo al oído.

-No quiero pensar en ella, ¿de acuerdo?- sollozó Daniel en su hombro-. Ni en el bebé, ni el otro tipo...

-Entonces cállate- Ares lo apretó más fuerte, y le pasó una mano por el pelo-. Y suéltame cuando quieras. No alimentes más al monstruo viéndote llorar.

Una enorme parte de ella sentía alivio de saber que no le harían un drama por abrazar a su amigo. Lo agradecía eternamente cuando en realidad eso no se debía agradecer.

Porque aunque aún no lo aceptaba, Ares no conocía el amor de verdad. No lo que le hicieron creer que era el amor, que la lastimaba día con día.

Phantasy // COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora