|triánta eptá|

121 14 184
                                    

.
Capítulo trigésimo séptimo
De ellos

-No, no. Todos los saben. Me cambió la vida. Fue un antes y un después.

Scott no quería quedarse a dormir, le daba pena, pero Ares lo convenció.

Durmieron abrazados. Y por primera vez en mucho tiempo, Ares no necesitó pastillas o inyecciones para dormir. Por el simple hecho de tener a Scott cerca y escuchar su corazón cuando no había otro sonido se sentía en paz.

Porque había llegado a la conclusión de que para dormir se necesitaba paz, y por eso no podía hacerlo por sí misma.

Había apagado el teléfono después de ver todo lo que la cuenta había escrito. Y lo arrojó a la alfombra otra vez. Le contó todo a Scott súper alterada al borde de las lágrimas, pero él la calmó diciéndole que lo peor que podía pasar era que James se enterara de una buena vez.

Pero no la volvió a dejar entrar para que viera todo lo que estaban diciendo de ella. Desde inestable hasta estúpida, muchos declarando que nunca había merecido a James, pendeja, zorra, puta, idiota, anoréxica, sin tetas, fea, sin valía y miles de cosas más. De verdad miles.

Así como todos defendían a James y estaban de su lado. Aunque él no había dicho nada en ningún lado aún.

Aún.

Los mensajes directos de todas las redes se le llenaron.

Pero Scott deseaba que tuviera una noche buena. Por lo menos una. Así que se quedó con ella. Le había acariciado el cabello y abrazado hasta que ella se quedó dormida. Se estiró para alcanzar el celular de la rubia, que no dejaba de vibrar de tantas notificaciones por todos lados. Con mucho cuidado, puso el dedo de Ares en donde debería ir la huella, para desactivar las notificaciones de todas las aplicaciones y apagarlo. Después vio que el cargador estaba conectado a un lado, lo conectó y lo puso sobre la mesa de noche. Volvió a abrazarla, le dio un beso en la frente y una lágrima se le salió.

Estaba harto de que la lastimaran.

Le acarició la espalda y el cabello al mismo tiempo.

-Te amo- murmuró muy bajito. Como si temiera sus palabras.

Otra lágrima se le salió.

Sabía que tenía que hacer algo para que la dejaran en paz. ¿Qué? Aún no sabía. O tal vez no tenía que, pero sí quería. Y quería mucho.

La quería ver feliz. Feliz de verdad, no una sonrisa falsa que tenía que ponerse en los labios todos los días para la sociedad. Quería verla sana. Tanto mental como físicamente.

Él tenía diecisiete ya, ella estaba a unos meses de cumplirlos, y simplemente le parecía una injusticia que siendo "menores" tuvieran tantas armas a su alrededor.

Aunque el caso de Scott no era tan fuerte como el de Ares, quien era la que más se había destacado en todo y era la que más seguidores tenía, sí le afectaba. Decían que se colgaba de Joseph para conseguir seguidores. Siempre que se topaba a alguien que lo reconociera las manos de la persona se iban sobre su cabello. Él no daba muchos detalles de su familia en redes porque precisamente, su familia no tenía nada que aportar a los medios. Fuera de él eran una familia promedio. Su madre era maestra, su padre informático y su hermano mayor aún estaba en la universidad. Ya era costumbre que cuando se encontraba algún seguidor al salir con ellos tomaran fotos de su familia "discretamente" o quisieran sacarles información.

Phantasy // COMPLETAWhere stories live. Discover now