|iota|

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Capítulo décimo
De no poder vivir y no dejar vivir

Desde el momento en que entraron y no estaba la profesora Monique, supieron que algo estaba mal.
Nadie hablaba, y todos pensaban en buscar una explicación.

Monique Beaulieu era una mujer extremadamente responsable y cumplida, en medida de lo que era una excelente profesora. Siempre conseguía sacar la mejor versión de cada alumno que le ponían en sus manos, y había transformado a cada alumno de la Belcourt en una máquina vocal. Era entrañable amiga de Nicholas. Ambos empezaron a buscar sus sueños desde cero en Francia, de calle en calle, de puerta en puerta, de café en café, de bar en bar. Nicholas era músico mientras que ella era cantante. Y cuando a Nicholas y a Esther se les presentó la oportunidad de poner una Academia de Arte en Estados Unidos fue a la primer persona a quien quisieron llevarse con ellos.

Los tres vivieron lo que era actuar en las calles, los tres vieron cómo el arte decaía. Los tres sintieron la necesidad de cambiar eso. Vieron a muchos artistas como ellos mendigar monedas en la calle y los tres vieron cómo los jóvenes cada vez eran menos conscientes de que la única forma de conocerse a sí mismos era a través de la expresión artística.

Así que sin pensarlo mucho, el matrimonio Esner Belcourt tomó a sus primeros dos hijos mientras que Monique dejó sus pocas pertenencias atrás sin voltearlas a ver. Y todos dejaron el departamento que compartían.

Y el resto, es historia.

Ares tenía la (mala) costumbre de siempre sentarse en el piano.  Revisaba sus uñas, pensando a lo mejor en cuál sería el color para su siguiente retoque, cuando sintió la mirada de Abraham sobre sus piernas. Ares lo miró, para ver si la dejaba en paz, pero no. Él seguía insistente y pasaba sus ojos de arriba a abajo de la chica. Y ella pudo jurar, se relamó los labios. De primera instancia, a ella se le aceleró el corazón, como si tuviera miedo. A pesar de que tenía las piernas cruzadas, se hizo aún más pequeña. Hasta que no lo pudo soportar más, ella con paso apresurado se le acercó a sus amigos, aunque no le dijo nada a nadie.

Y no pudo hacerlo, fue entonces cuando Nicholas entró, seguido de Monique. Ambos se veían tensos.

La mujer estaba cruzada de brazos y miraba hacia el suelo. Mientras que el canusio hombre se rascaba la nuca desesperada.

-¿Ahora qué?- habló Vianney, como si estuviera harta. Fue secundada por sus compañeros inmediatamente.

-Huelen a café, estaban en junta- rió Tara, aunque muchos la miraron rara pues el tema era otro.

-Chica lista- declaró Nicholas, a lo que la bajita le sonrió con un pulgar arriba-. Precisamente, todos sus maestros estábamos reunidos en mi oficina. Discutiendo, bueno, sobre la cantidad que son ustedes.

Ares de inmediato se llevó una mano a ls frente. ¿Les iban a agregar otro chico y otra chica? Sí, la clase Master siempre había sido de doce alumnos. Seis chicos y seis chicas. Pero ése era un caso especial, nunca habían pasado por aquella situación en los veinte años que llevaba la Academia de haberse establecido. Estaba nerviosa. No quería. No podían simplemente poner a otros dos en los lugares de Drake y Emma.

¿O sí?

-Muchachos, sólo hubo dos votos en contra a lo que voy a decir- irrumpió Monique con una mano arriba, suspirando-. Estamos a tres días de partir al campeonato nacional de danza. Tienen tres coreografías grupales, una todos juntos, una de chicas y una de chicos. Coreografías pensadas para doce y seis personas. Ustedes son diez. No hay tiempo para adaptar las cosas. De este viernes al otro, llegando del nacional, tenemos el Riff Off. Van a inaugurar con parte de lo que presentaron en el mundial de performance pasado, coreografía y distribución de líneas de las canciones para doce personas. No hay tiempo para adaptar nada. Así que se hizo la propuesta de subir de categoría a dos alumnos de la clase Elite desde ya.

Phantasy // COMPLETAWhere stories live. Discover now