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Capítulo quinto
De decir adiós y no querer hacerlo


-Rápido, solecito, no es como que tengamos todo el tiempo del mundo.

Anthony bufó mientras que él y Daniel se adentraban en el asiento trasero del auto de James Donnovan; Ares hacía lo mismo, pero en el asiento delantero.

-Grata sorpresa- murmuró James, mirando por el retrovisor a los chicos.

-Te hacemos un favor, Donnovan- dijo Anthony, divertido-. Joseph tiene la mirada sobre ustedes dos. Ares no habría podido llegar hasta aquí desapercibida de haberse ido sola de donde estaba su familia. Ahora, por favor, bésense o lo que sea, porque, ¡sorpresa! De seguro Papá Stone se enojará mucho de que su pequeño solecito se haya escapado.

-Sebastian nunca le diría solecito a...

-Daniel, silencio, hijo mío. Se trata de no perder tiempo- se aclaró la garganta el latino, ante la mala mirada tanto de Daniel como de James.

-Te necesitaba- murmuró Ares, ignorando a sus amigos, y abrazando a James. Él sólo le puso las manos en el cabello, y miró otra vez por el retrovisor a Daniel y Anthony.

Sin hablar, sólo moviendo los labios, les preguntó que rayos se quedaban viendo.

Daniel rodó los ojos, mientras que Anthony se esforzaba por no reír.

Y Drake de estar vivo, se preguntaría qué rayos estaba pasando.

-Te amo, cariño- murmuró el Donnovan para Ares-. Te amo demasiado. Pero sabes que si alguien pasa y nos ve, se acabó, ¿de acuerdo? Debemos mantenernos al margen, incluso cuando esté ocurriendo el funeral. Te prometo que por la noche pasaré por ti, como siempre. Entonces tendremos nuestro momento.

Se dieron un corto beso, mientras Ares volvía a tener lágrimas corriendo por sua mejillas.

-Si tanto la quieres deberías darle la cara a Sebastian- gruñó Daniel. Tanto Anthony como Ares lo miraron furiosos. James sólo rió:

-Cuéntame, pequeño Daniel, ¿tú ya se la diste al padre de tu novia?

-Pues no, pero...

-¿Pero sabe de la existencia de la relación? Qué bien por ustedes. Sebastian no podría ni siquiera saber que Ares y yo somos novios. La estoy protegiendo, ¿de acuerdo? A todo llega su momento.

-Claro que sí- volvió a rodar los ojos Daniel, hablando con ironía, mientras Anthony lo golpeó en las costillas con el codo.

-Dejen de hablarse así, ¿quieren?- pidió Ares, cruzándose de brazos en su asiento. El maquillaje comenzaba a corrérsele-. No me siento lista para esto. No quiero. Simplemente no quiero.

Miraba a la ventanilla desesperada.

Nadie dijo nada. Mejor dicho, nadie sabía qué decir.

James, realmente no había puesto mucha atención. Daniel había perdido el interés gracias al chico actor a quien la fama se le había subido más que nunca, y Anthony sólo sabía que tanto Daniel y Ares eran un caso perdido, así como sabía que James no valía la pena.

La chica estaba en los inicios de un ataque de ansiedad. Murmuró algo parecido a "a la mierda" antes de besar efusivamente a su novio, quizá para el desagrado de sus acompañantes. Pero no duró mucho lo que para ella era encanto, le tocaron violentamente la ventanilla de su lado.

Se separó de James y se quedó congelada, y sentía que una vez más, el mundo se le venía encima. Las manos comenzaron a temblarle, así como su mandíbula.

Phantasy // COMPLETAWhere stories live. Discover now