|ekatón eptá|

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HERMANAS HAY MEMES AL FINAL, QUÉDENSE
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Capítulo centésimo séptimo
¿Somos novios?
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Sí... nuestra vida en Nueva York comenzó dos días después de nuestra boda.

Pero, aquí va el contexto de la intensidad de esos dos días y el cómo mejor nos escapamos a lo que sería el resto de nuestros días.

Después de la masacre verbal que mi padre le dio a los Reynolds, él salió dispuesto a algunas cosas: interrogar a Esther e intentar hablar con Brandon.

No tenía un orden de prioridades, solo quería hacer esas cosas y haría lo que se prestara primero.

Y precisamente empezaría por Esther, a quien se topó saliendo de aquella maldita habitación con su celular en la mano ya.

—¿Te vas a dormir?

—Siendo honesta, cualquier gramo de sueño que tuviera se esfumó— declaró ella, sin ánimos—. Iba a merodear, ¿pero qué pasó?

—Nada en especial, solo quería ver si podíamos hablar.

—Oh, sí. Está bien.

Salieron a la terraza nuevamente, pero la risa le ganó a Esther. Desde arriba se veía a un hombre que se quedó dormido recargado en el volante de su auto, que era un convertible. Había una mujer dormida en el asiento del copiloto.

—¿Quién es?— preguntó papá curioso.

—Es Eddie, el profesor más cool que tuvimos. Nos daba economía, es el único al que los recién casados por dos tenían ganas de invitar. Se supone que se iba a ir desde la una, pero creo que está bien. La otra era nuestra maestra de francés, nos quería pero nos odió al final, nunca me enteré de que ella era la prometida de la que tanto hablaba hasta el baile de graduación.

Papá solo miró aún con curiosidad lo divertida que sonaba Esther a pesar de todo.

—Al final sí te gustó Dawthorne, ¿eh?

—Sí... y a mis hermanos también. Ninguno tenía expectativas pero terminó siendo algo bueno— se encogió ella de hombros, con una ligereza en su voz que le seguía sorprendiendo a papá—. No te voy a mentir, sí que extrañé a mis amigos pero eso hacía que disfrutara más el tiempo que los veía.

Papá curveó sus labios formando una ligera sonrisa. Luego señaló con la cabeza una de las mesas que quedaron de la fiesta y ambos se sentaron.

—¿Qué? ¿Me vas a desheredar por acostarme con la hija de tus mejores amigos o qué?

—No, no es eso. Tiene que ver, pero solo es para poder defender a Michelle de sus papás si necesito hacerlo... no sé qué tan mal está que quiera que sepa, no necesitas darme los detalles explícitos,  pero quiero saber cómo terminaron en eso— puso prácticamente las cartas sobre la mesa—. Primero, ¿cuál de las dos era la que me dijiste que te medio gustaba?

—Alenna. Era Alenna.

—Sí te acuerdas que medio van a ser familia, ¿no?

—Pues... estaba muy bien sin pensar en eso  — rió de lado ella—. Pero, ¿qué no Lyrah es de los vonn Stephens desheredados?

Phantasy // COMPLETAWhere stories live. Discover now