|eíkosi tésseris|

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Capítulo vigésimo cuarto
De roces y extremos


-Eso era épico. Pero ella muy malvada y con mucho resentimiento. Se le pusieron en frente y sin protección para que disparara.





-Repite conmigo.

Ares se queda impactada cuando Sarah le mira a los ojos. Traga saliva, aún sin reaccionar mucho y se limita a asentir con la cabeza.

-Mi hermano está muerto- habla Sarah, ¿temiendo? Fue despacio, sin quitarle los ojos de encima a su sobrina.

-Mi hermano está muerto- a Ares se le quiebra la voz, pero se mantiene firme.

Sarah asiente con la cabeza, pero a la vez, tragó saliva justo como la menor antes que ella. A Ares le costaba un trabajo inmenso seguir con el contacto visual.

-Y nada de lo que yo haga va a cambiar ese hecho- le tembló la voz a la tía.

-Y nada de lo que yo haga va a cambiar ese hecho- ahora, fue Ares quien alzó la cabeza, y no dudó de sus palabras.

Sarah le aprieta más las manos.

-Sólo me queda hacer lo que a él le gustaría que hiciera.

La chica asintió con la cabeza. Todo rastro de que haya querido llorar se desapareció. Continuó:

-Sólo me queda hacer lo que a él le gustaría que hiciera.

Sarah respiró pesado.

-Y es hacer las cosas bien- sonrió.

-Y es hacer las cosas bien- repitió Ares, hasta con una sonrisa.

Lo siguiente, fue la vida de Ares en su máxima expresión. Después de sonreírle a Sarah, mantuvo esa jodida sonrisa tan radiante y brillante. Empezó a caminar hacia la salida, en el camino, muchos la detenían para tomarse una selfie, desde concursantes hasta padres, les hizo caso a todos, posó, se mostró amable y la amaron.

Al cruzar la puerta, todo cambió. Las lágrimas empezaron a salirle una a una. Primero despacio, casi inperceptible. Su expresión estaba neutra. O mejor dicho, no tenía expresión. Después empezó a llorar más fuerte. Y de la nada, suspiró. Tomó aire, se limpió la cara, como si supiera que Daniel le iba a tocar la espalda, pues estaba por salir un autobús de Belcourt al hotel.

Ares Maryssa Stone Esner sólo asiente con la cabeza, y deja que Daniel le rodee los hombros con el brazo. Él no le hace ningún comentario, y ella se lo agradece.

-Mañana será nuestro- le murmuró el chico antes de subir, pero Ares no le respondió.

Imitó a su amigo, y vio a James sentado al final del autobús, detrás de Vianney y Laura y charlando con ellas. Ni siquiera volteó a ver a nadie y fue a sentarse junto con él. Ares no notó que Laura rodó los ojos en cuanto ella se sentó y James la besó.

Después, Joseph llegó de la mano junto con Tara, quien aún portaba orgullosa su trofeo y medalla de primer lugar en la mano, y se sentaron en los dos asientos libres al lado de James y Ares.

Vianney y Kendra parecieron conectarse psíquicamente y ambas se asintieron con la cabeza mutuamente.

-Hey, Vanny- canturreó Kendra. Literalmente, ya nadie llamaba Vanny a Vianney desde hacía años-. ¿A veces no sientes que este par, es como si hubieran salido del clóset?

Ella señaló con la mirada y la cabeza a James y Ares, quienes recién se habían separado tras un beso digno de película.

Ares cerró los ojos y después miró con aires de grandeza a Kendra.

Phantasy // COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora