Phantasy // COMPLETA

|enenínta tría|

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Capítulo novegésimo tercero
¿Señor?
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Esa llamada, tan estresante en su momento, que de hecho dio paso a los días de mayores temores al menos en mis entonces dieciocho años, también, yo no tenía idea de que marcó el inicio de lo que sería la mejor etapa de mi vida.

En diciembre, ya es sabido que Ares y yo tuvimos una semana en la que nos dedicamos día y noche a crear lo que sería nuestro primer álbum. Juntando cosas que yo tenía y ella tenía, y agregando y editando a diestra y siniestra en conjunto.

Fue una noche en especial, que escribimos y/o terminamos diez canciones. La noche más intensa de mi vida. Nunca había sentido tan fuerte la creatividad emanar de mí, nunca había sentido tanto el poder de crear y la capacidad de desconectarme del mundo para dar vida a algo que venía de mí, de mi corazón y de mi ser.

El resto de los días nos dedicamos a tocarlas en el piano, algunas Ares tomaba el bajo (que casi nunca volteaba a ver, aunque era de losi nstrumentos que mejor se le daban) para analizarla a más profundidad. Para ver cómo se escucharían un poco más cercanas a la realidad, y corregir las cosas que no nos parecieran. Algunas tuvimos que volver a hacer la música desde cero y en otras había partes que no nos gustaban y cambiábamos, así como nos atoramos intentando editar otras.

El álbum se quedó así, y no lo habíamos vuelto a tocar desde que terminamos lo que fue la canción número trece. Cuando la terminamos de escribir y componer, nos quedamos sin aire, admirando el papel frente a nosotros, sin creer que lo habíamos hecho.

Aun faltaba lo más complicado o tardado, revisarla y editarla. Pero carajo, habíamos hecho un álbum nosotros solos.

Casualmente fue la primer canción que Ares me mostró que tenía escrita, y la que más nos costó editarle algunas partes. Que me emocionó desde el inicio. Y no porque fuera mala, no. Y no es porque yo haya colaborado, pero es que era tan épica que era complicada de perfeccionar.

Cuando pasamos a tocarla, wow...

Fue la que más nos gustó, la que más nos emocionó y lloramos cuando terminamos de cantar.

No porque fuera triste, eso tampoco Triste teníamos dos canciones, una más que la otra, ya que estaba dedicada a nuestros hermanos mayores. Solo porque sentíamos que era "la" canción.

—Quiero que sea el primer sencillo y el principal— había dicho Ares, recargándose en el piano. Recuperándose del mar de sentimientos apenas, cosa que yo no podía.

—Quiero lo mismo, tiene que ser así.

Nos abrazamos después de eso, y como dije, no volvimos a hacer nada relacionado al álbum desde entonces.

Así que al punto en que estábamos a días de firmar el contrato, teníamos dos meses sin ver lo que habíamos hecho.

Ahora, la noche de san Valentín, mi hermana y yo nos debatíamos en si debíamos revisar todo otra vez o no, porque también queríamos llegar con toda nuestra propuesta armada a la firma del contrato.

Digo, ya nos lo estaban cancelando porque creían que nos hacíamos las divas o algo así, íbamos a demostrar que realmente lo queríamos y realmente estábamos trabajando.

La disquera no iba a hacer mucho en realidad, nuestros conceptos e ideas estaban definidos, era cuestión de sentarnos en el estudio de grabación con el productor a decirle lo que queríamos. Claro, también escuchando sus propuestas, pero no se haría nada desde cero. Igual en nuestras condiciones establecimos que los videos musicales quedaran a nuestro cargo, así que solo nos darían el presupuesto por así decirlo, aunque no lo necesitáramos.