|evdomínta éxi|

88 15 145
                                    

.
Capítulo septuagésimo séptimo
¿Crees...?

¿Y nosotros?

Bueno, papá tuvo que llamar a su chófer de mayor confianza fuera de su horario de trabajo.
¿Por qué? Porque le robaron el auto en lo que estuvimos ahí.

-No digas nada, Mitch- gruñó entre dientes, sentándose en el asiento del copiloto-. O te despido y hago que te quedes sin empleo el resto de tu vida y sabes que yo no juego con eso. Pregúntale a Trevor Bristol.

-Claro, señor. De la misma forma en que no dije nada cuando saqué a su ex mujer, a la bebé y a los otros dos de su casa. Ya debería saber a quién tiene a su merced.

-Nunca está de más recordar cualquier cosa.

Mamá fue la primera en subir a los asientos traseros, después Esther y yo quedé a la otra ventanilla.

El chofer pareció asustarse al mirar por el retrovisor.

-Señor, ¿estoy viendo bien o tengo que repetir los exámenes anuales de salud mental y física que nos pide?

-Estás viendo bien. Sólo llévanos a casa y ya.

-Oh, hola... señora Stone.

La mención, pareció sobresaltar a mi madre.

¿Seguía siendo la señora Stone?

-Señor, ¿y la niña?

-Con su ex. Sólo vámonos de aquí ya, segundo aviso de un potencial despido.

Sin más, Mitch arrancó el auto, y el silencio reinó.

Pero, Esther tenía una expresión de confusión.

-La niña es Ares. La bebé es Daphne- susurré.

-Es en lo último que estaba pensando- rodó los ojo ella, con el mismo volúmen en la voz-. Pero, ¿y tú qué eres?

-... Joseph, supongo.

El chofer se rió. Pero papá le dedicó una mirada brusca a lo que Mitch cesó de inmediato, insistiendo en mantener la vista en el camino, aunque por su expresión, creo que quería seguir riéndose.

¿Cómo me llamaban los empleados y por qué no podía saberlo? Es más, ¿hablaban de nosotros cuando no estábamos presentes?

¿El guardia de la entrada les había contado nuestra... conversación cuando llegó la caja de MAC para Ares?

Porque si sí, qué vergüenza.

-¿Qué significa eso, Mitch?

Él miró a mi padre aterrado.

-Nada, señor, nada.

Tendría que averiguarlo por mi cuenta. O quizá preguntarle a Lupita. Aunque no creo que ella me quiera decir nada.

Esther también parecía querer reírse.

Por otro lado, me parecía curioso que mi mamá no hablaba para nada. Nis nos volteaba a ver. Solo miraba por la ventana.

Phantasy // COMPLETAWhere stories live. Discover now