|ekatón saránta pénte|

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Capítulo centésimo cuadragésimo quinto
El final
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Sebastian Stone podría saber muchas cosas, pero lo que sentía en ese momento no era una de ellas.

Estaba lleno de orgullo y de rabia. Estaba lleno de tristeza, y de una inmensa alegría. De paz en un instante, y al siguiente era torturado por algo que no sabía identificar.

Quería acabar con todo ya.

Quería pasar a lo que realmente debería ser esa noche. Una celebración a su(s) hija(s), y el grato recuerdo de las víctimas tomadas por un hijo de puta en aquel dos mil dieciséis.

No eso, que sentía que iba en contra de todo lo que había querido construir.

Y por eso mismo, apenas sintió la pausa para poder hablar después de ni siquiera escuchar lo que Janett decía, sacó el mítico celular con la funda roja de su bolsillo. Un iPhone de ya varios modelos atrás, casi una reliquia por el dispositivo mismo, pero aún más lo que contenía, y el que en funcionamiento estuviera casi intacto.

-Sé que hicimos un viaje de hora y media, pero lo siento mucho, no nos vamos a poner a leer lo que hay aquí- se aclaró la garganta-. No me interesa que se decepcionen o me tachen de lo que sea, está bien, por mí está bien. Pero esto es muy íntimo, si hay algo que he luchado por recuperar desde hace años es la privacidad, misma que mi hija en vida no pudo experimentar nunca. No es congruente ponerme a leer esto aquí para todo el mundo. Déjenla descansar.

Gritos ahogados.

-... Eso no lo esperaba.

-Nadie, lo sé. Pero no estoy cómodo desde hace rato. Es demasiada exposición, cosa que fue gran parte del problema años atrás- suspiró, se veía cansado-. Por esto decido tampoco seguir el formato que había antes. ¿Qué más sería relevante de mí? Porque mi matrimonio es algo privado, y mis últimos tres hijos son menores de edad, así que nada tienen que hacer aquí.

Nadie decía nada.

Demian miraba con cara de confusión a su mamá, había estado esperando el momento de tener algo de protagonismo y al parecer eso no llegaría. Lyrah solo hizo un ademán de negar con la mano, pidiéndole que dejara el tema.

Los más pequeños no entendían mucho, y bueno, Daphne se preguntaba si realmente había vuelto para nada (después de estar gritándole a Lindsay todo el camino que pisara más a fondo el acelerador, quizá ignorando un semáforo en rojo, mientras veía la transmisión en su celular, desesperada porque le quedaba poco a Garrett y Chloe).

-Lo único que me queda por decir- se aclaró la garganta Sebastian-, es lo que quizá quieren escuchar. No, no me he perdonado y sé que fui el peor padre posible para mis primeros hijos. Sé que no los merecí nunca. Lo sé. Mucho menos el perdón de ninguno. Menos el de Ares. Pero lo tuve, y prometo que no he desaprovechado la segunda oportunidad que tuve desde entonces. Quizá no me merecía el final feliz de tener a mi lado como esposa a la mujer más increíble, inteligente y poderosa del mundo, y volver a formar una familia, pero lo tengo, y he sido la mejor versión de mí posible para ellos. No desaproveché mi segunda oportunidad. No hay día que no le pida perdón a mi hija. Actualmente no tengo el control por completo de la empresa, porque estuve enfermo hace unos años, tuve un pre infarto. En un aniversario de Ares, porque sonó una canción que no puedo escuchar desde que nos la arrebataron, When I Was Your Man, porque esa yo le pedí bailarla con ella cuando fuera su boda, iba a ser en diciembre. Sonó en el radio cuando veníamos de dejarle sus flores, y me puse mal. Pero se lo dejé a Esther y le está yendo muy bien, siempre quise que fuera ella aunque no lo quiera a largo plazo. Estoy muy orgulloso de todos. A pesar de que fui una mierda de padre, mis hijos salieron adelante y son inmensamente exitosos. No me necesitaron, ninguno, y aunque fue por las peores razones posibles, me pone muy feliz que sean tan increíbles que lo lograron así... ahora estamos muy bien. Con un vacío gigante, y con el corazón destrozado de que nunca tuve a mis hijos sentados en la misma mesa, nunca vi a los artistas todos juntos en el mismo escenario. Pero estamos muy bien. Lo que querían saber y se debía de saber ya lo saben, así que... que yo creo que ya.

-¿Cómo? ¿Ya?- preguntó Janett con los ojos bien abiertos.

-Espera, tengo algo más que decir- suspiró, tenso-. Jamás, nunca, finjan algo que no son. Viví las consecuencias de la peor manera. Yo los obligaba a mantener cierta imagen intentando... protegerlos, esa era la razón. Creía que mientras mejor nos viéramos menos nos joderían. Pero no... la única manera de que tu familia esté bien es ustedes mismos trabajar en ustedes mismos y concentrarse en la familia. Cualquier otra cosa, no la necesitan, y solo se hacen daño... por favor, sean reales con ustedes mismos. Ya, no diré más. Sí, ya- respondió Sebastian firme-. Joseph y Scott tenían una serie de anuncios que hacer. Así que creo que es ahora.

Los mejores amigos se miraron entre ellos, y se pusieron de pie, extrañados.

Joseph se quedó viendo a todo mundo, aún sin procesar que ya, y también puso de piena toda su familia para que se acercaran todos.

Total, ya era la despedida.

Lo habían empezado como familia, debían terminarlo como familia.

Por supuesto que no era lo mismo que antes.

Sería un crimen que lo fuera.

-Bien...- se aclaró la garganta, estando frente a la cámara ya con toda la familia atrás-. Belcourt vuelve para el semestre de otoño del próximo año. Las audiciones en línea empiezan a partir de febrero, y habrá algunas presenciales aquí, en LA y en Denver, tres puntos clave porque son ambos extremos y el medio del país.

-Se va a aceptar un mayor número de alumnos que cuando estábamos nosotros, pero no tantos de más, así que por favor, recuerden que siempre ha sido muy selecto y estamos buscando lo mejor de lo mejor- dijo Scott e intentó no reírse, esas no eran cosas que él soliera decir pero Joseph le había encargado decir eso-. En vez de una beca internacional, daremos tres en esta ocasión. Becas completas cubriendo la colegiatura... y el alojamiento.

-Nos complace anunciar que gracias a esta reconstrucción, pudimos agregar un edificio de dormitorios para los alumnos que no sean de la ciudad, para así recibir más alumnos de todo el país y el mundo.

-Les prometemos un mejor Belcourt, muchísimo mejor. Tenemos muchos planes y nos emociona traer esta magia una vez más.

-Este primer semestre será completamente de uniforme negro. Se evaluará a cada uno y gracias a esto- Joseph dejó de hablar, pues la emoción le hizo perder el aliento por unos instantes-... tendremos una nueva clase Master a inicios del otro año.

La misma emoción lo hizo pausar, sentía emoción, alegría, sentía todo. Los vítores de la familia intensificaron eso aún más.

-Por mientras, muchísimas gracias, Janett, primero que nada- se giró Joseph para extenderle la mano, a lo que la aludida se la dio emocionada-. A pesar de tus preguntas imprudentes nos la pasamos muy bien. En realidad solo aceptamos hacer esto aquí para cerrar bien el capítulo. Aquí fue la última entrevista de mi papá antes del treinta de agosto, el día del efecto mariposa, es poético hacer esto aquí. Supongo que este es el final.

Joseph se giró hacia atrás, para ver a toda su familia reunida.

-¡Gracias!- exclamó, despidiéndose con la mano.

-¡Muchas gracias!- le corearon de la misma manera.

Era cierto, era jodidamente poético. El veintinueve de agosto del dos mil dieciséis, también se vio a la familia Stone en la pantalla, en ese mismo programa. Al momento que la cámara les había enfocado se acercaron entre ellos y sonrieron, orgullosos y con un porte como el de nadie; para minutos después, gritarse, hacerse llorar y recordar lo mucho que se odiaban y querían sacar los ojos los unos a los otros en la camioneta familiar.

Ahora ya no había tal cosa.

Ni siquiera una sola camioneta familiar, ya que cada uno tenía su propia familia tras haber triunfado en la vida. No había ni eso.

Ya no eran solo tres hermanos de sangre, dos hermanastros y una media hermana fingiendo quererse y ser una gran familia feliz. No. Ahora podrían ser fácilmente un ejército, y se amaban con locura los unos a los otros.

Ya no había necesidad de fingir nada.


Phantasy // COMPLETAWhere stories live. Discover now